Angélica Rodríguez Arias nació en San Joaquín de Flores, Heredia, el 10 de agosto de 1908, hija de don Juan J. Rodríguez y doña Manuela Arias. Estudió su escuela primaria en Heredia, seguramente con el libro de texto "Silabario P. Brenes Castro de 1914". Allí conoció a Jesusito, oriundo de Puntarenas, quien resultó su compañero por más de 60 años de vida matrimonial y los años de escuela primaria y secundaria de novios. Almas gemelas juntas en la eternidad.
Angélica (Masita) y Jesús (a quien llamaba “mi lindo” o Jesusito) profesaban un gran amor a la docencia, y a la labor social, y a la fe católica, que expresaron cada uno como mejor sabía, Jesús escribiendo ensayos, artículos de prensa y revistas literarias (tipo Repertorio Americano) y Angélica formando a muchas generaciones de costarricenses que pasaron por su tutoría en la Escuela, luego labor social en Barrio Pinto, y confección de manualidades y ricos manjares.
Este escrito de Feliz y Saludable es para recordar y hacer honor a estos insignes maestros y esposos, nuestros muy amados abuelos maternos. Ellos siguieron el ejemplo de don Jesús Tadeo Vega Noguera, guanacasteco, Inspector de Escuelas, padre y suegro por pocos años. A quien se debe la idea y fecha de la instauración del día del maestro en Costa Rica.
Continuemos pues, la historia de Jesús y Angélica, dos insignes educadores costarricenses. Después de terminar sus estudios en la Escuela Normal de Heredia, Jesús Vega Orozco partió a Europa en 1929, Angélica permanecío en San José de Costa Rica. Jesusito es despedido públicamente en un bello escrito de su hermano Higinio Vega Orozco “Hasta Mañana” publicado en la prensa en Agosto de 1929. Así pues dejó su hogar con la familia Trejos quienes lo adoptaron después de que quedara huérfano.
Durante el tiempo que Jesús completaba su especialización de "Pédagogie" en la Universidad Libre de Bruselas, Angélica recibía las enseñanzas de doña Auristela de Jiménez, Directora del muy prestigioso Colegio de Señoritas, del Profesor Jefe don Hernán Zamora Elizondo también del Colegio de Señoritas y posteriormente en la Escuela Normal de Heredia de parte de don Omar Dengo Guerrero insigne costarricense, padre de don Jorge Manuel Dengo, ex-vicepresidente de la República fallecido este año.
En esta época y hasta hace pocos años las alumnas llamaban a sus maestras como la "Niña", equivalente al "teacher" de hoy día. En Costa Rica la Escuela Primaria dura seis años y en los tres primeros, los niños aprenden a leer y a escribir, normalmente la misma maestra los acompaña durante toda la primaria. La Educación primaria es gratuita y obligatoria y ha sido uno de los pilares del desarrollo de la bien llamada Suiza Centroamericana.
Angélica culminó sus estudios en el Colegio de Señoritas de San José el 11 de diciembre de 1928, y continuó sus estudios graduándose como Maestra Normalista. Desde 1930 llevaba los cursos de Primaria en la "Escuela América" antigua "Escuela Italia" hasta 1942, con el recién aprobado Texto por el Presidente de la República, El Silabario de Don Napoleón Quesada y Don Rogelio Sotela del año 1931 y seguramente asesorada por Jesusito en las últimas técnicas en Pedagogía traídas de Europa durante su especialización en Pedagogía, en la época posterior a la Revolución Industrial y que se iniciaban las garantías sociales a los trabajadores.
Una de sus hermanas menores, Merceditas Rodríguez Arias, también dedicó su vida a la educación y fue maestra de primaria en la "Escuela Argentina" y después en la "Escuela Buenaventura Corrales" (Edificio Metálico), donde llegó a ser Sub-Directora. Todavía hoy existe un bello cuaderno manuscrito de “Poesie” grabado el letras de oro, que dedicó Jesús a Angélica Rodríguez A. en la ciudad de Heredia el 7 de julio de 1927 con muy bellos poemas escritos de las compañeras de Angélica incluyendo la Niña Ditas y todas sus compañeras de estudio.
Jesús y Angélica contraen matrimonio por la Iglesia Católica el 20 de abril de 1933 en ceremonia celebrada por el Presbítero don Oscar Trejos y con Lic. Don Carlos M. Trejos y doña Aurelia de Trejos, don Honorio Arias y doña Esperanza de Arias; Lic. Don Víctor Trejos y doña Talía de Trejos; don Rafael Baldares y doña Amelia de Baldares; don José Ángel Brenes y señorita María de los Ángeles Carvajal; don Gerardo León y señorita Oliva Rodríguez; don José Rodríguez y señorita Claudia Castro en calidad de padrinos del matrimonio.
Jesús es asignado como Director en la Escuela Rural "República de Bolivia" en Santa María de Dota, en el Sector de los Santos a unos 30 kilómetros de la Capital, rodeado de bellas montañas y cafetales, la población estudiantil es de poco mas de 200 niños. El acceso en esa época a ese hermoso valle era desde Cartago y por caminos y senderos agrestes, accesibles solo en caballo o mula.
Llama la atención que el primer cargo del Maestro Normalista especialista en Pedagogía en Europa fuera en una Escuela Rural, posiblemente debido a que sus ideas vanguardistas aplicadas a la pedagogía y publicadas en toda la prensa nacional de la época eran muy poco entendidas y compartidas. Proponemos un Estudio de su obra, de la cual se conservan valiosos documentos en un álbum de recortes de prensa titulado “Scrap-Book”, y varios otros álbumes, escritos inéditos y ejemplares del Repertorio Americano los cuales están listados en este blog bajo Profesor don Jesús Vega Orozco del 8 de marzo del 2010.
Antes del nacimiento de su primogénita Nydia María, el matrimonio Vega-Rodríguez se traslada al centro de San José, a un apartamento anexo a la vivienda del hogar de don Juan J. Rodríguez y doña Manuela A. Arias, padres de Angélica, ubicada en la 5ta Avenida en el céntrico Barrio México. Para ese tiempo, Jesús es docente en la "Escuela Juan Rafael Mora Porras", luego es ascendido y es designado Director de la "Escuela Pilar Jiménez Solís" de Guadalupe, cargo que ocupó relativamente corto tiempo hasta el 16 de setiembre de 1936, debido a su destitución, por expresar su opinión y escribir un artículo en el que defendía la dignidad de los todos los docentes a favor de unos maestros destituidos por la administración pública.
Con motivo de este hecho, la Asociación de “Maestros Unidos” dirigió una carta al Secretario de Educación solicitando detalles sobre la expulsión del Sr. Vega Orozco, “dada la preparación y devoción con que el citado maestro venía desarrollando el cargo”. No fue el único caso de la época, en la Obra "Un Siglo de Luchas Femeninas en América" escrito por Eugenia Rodríguez Saenz (Editorial de la UCR, 2005) se menciona en la página 143 la destitución de don Jesús Vega y se documentan muchos otros casos similares.
Siguiendo el hilo del relato, la joven pareja de educadores adquiere su primera vivienda en el Barrio Don Bosco, Nydia atiende a clases en la Escuela América, donde Angélica es Maestra y Carlos Enrique que nació en 1938 aprende a escribir y leer en la Escuela Juan Rafael Mora Porras con la profesora doña Anita de Valverde, donde su papá Jesús era Pedagogo.
Angélica lleva anualmente sus “Diarios de Clases” y sus hijos y esposo recuerdan todo el trabajo de corrección de exámenes y trabajos que realizaba en las tardes-noches. La familia adquiere su primer y segundo vehículo en una época en la cual circulaban un muy reducido número de vehículos particulares en Costa Rica.
De esa época data el Apartado número 25 en el bello edificio de Correos de Costa Rica, frente al Club Unión, desde donde Jesús y Angélica mantenían comunicación directa con intelectuales de América y Europa y posteriormente con sus hijos y únicos nietos que residian en Caracas, Venezuela, ciudad que visitaron muchas veces.
Jesús, da un giro profesional e inicia dos nuevas carreras, la de Perito Propagandista (siendo el segundo costarricense que se gradúa en esa profesión expertos en publicidad y ventas), fundando la Asociación de Nacional de Profesionales Publicitarios (2 de junio de 1949) y la de Contador Publico y fundador de Colegio de Contadores Públicos de Costa Rica ( Vocal 2da de la primera Junta Directiva del 19 de noviembre de 1947), combinando el uso libre de la profesión así como en diversos cargos en diferentes Organizaciones, Auditor en Tributación Directa (de la cual fue separado por razones políticas). Trabajó en el Instituto Costarricense de Turismo de Costa Rica, ICT, de la cual fue Director.
Angélica (Masita) y Jesús (a quien llamaba “mi lindo” o Jesusito) profesaban un gran amor a la docencia, y a la labor social, y a la fe católica, que expresaron cada uno como mejor sabía, Jesús escribiendo ensayos, artículos de prensa y revistas literarias (tipo Repertorio Americano) y Angélica formando a muchas generaciones de costarricenses que pasaron por su tutoría en la Escuela, luego labor social en Barrio Pinto, y confección de manualidades y ricos manjares.
Este escrito de Feliz y Saludable es para recordar y hacer honor a estos insignes maestros y esposos, nuestros muy amados abuelos maternos. Ellos siguieron el ejemplo de don Jesús Tadeo Vega Noguera, guanacasteco, Inspector de Escuelas, padre y suegro por pocos años. A quien se debe la idea y fecha de la instauración del día del maestro en Costa Rica.
Continuemos pues, la historia de Jesús y Angélica, dos insignes educadores costarricenses. Después de terminar sus estudios en la Escuela Normal de Heredia, Jesús Vega Orozco partió a Europa en 1929, Angélica permanecío en San José de Costa Rica. Jesusito es despedido públicamente en un bello escrito de su hermano Higinio Vega Orozco “Hasta Mañana” publicado en la prensa en Agosto de 1929. Así pues dejó su hogar con la familia Trejos quienes lo adoptaron después de que quedara huérfano.
Durante el tiempo que Jesús completaba su especialización de "Pédagogie" en la Universidad Libre de Bruselas, Angélica recibía las enseñanzas de doña Auristela de Jiménez, Directora del muy prestigioso Colegio de Señoritas, del Profesor Jefe don Hernán Zamora Elizondo también del Colegio de Señoritas y posteriormente en la Escuela Normal de Heredia de parte de don Omar Dengo Guerrero insigne costarricense, padre de don Jorge Manuel Dengo, ex-vicepresidente de la República fallecido este año.
En esta época y hasta hace pocos años las alumnas llamaban a sus maestras como la "Niña", equivalente al "teacher" de hoy día. En Costa Rica la Escuela Primaria dura seis años y en los tres primeros, los niños aprenden a leer y a escribir, normalmente la misma maestra los acompaña durante toda la primaria. La Educación primaria es gratuita y obligatoria y ha sido uno de los pilares del desarrollo de la bien llamada Suiza Centroamericana.
Angélica culminó sus estudios en el Colegio de Señoritas de San José el 11 de diciembre de 1928, y continuó sus estudios graduándose como Maestra Normalista. Desde 1930 llevaba los cursos de Primaria en la "Escuela América" antigua "Escuela Italia" hasta 1942, con el recién aprobado Texto por el Presidente de la República, El Silabario de Don Napoleón Quesada y Don Rogelio Sotela del año 1931 y seguramente asesorada por Jesusito en las últimas técnicas en Pedagogía traídas de Europa durante su especialización en Pedagogía, en la época posterior a la Revolución Industrial y que se iniciaban las garantías sociales a los trabajadores.
Una de sus hermanas menores, Merceditas Rodríguez Arias, también dedicó su vida a la educación y fue maestra de primaria en la "Escuela Argentina" y después en la "Escuela Buenaventura Corrales" (Edificio Metálico), donde llegó a ser Sub-Directora. Todavía hoy existe un bello cuaderno manuscrito de “Poesie” grabado el letras de oro, que dedicó Jesús a Angélica Rodríguez A. en la ciudad de Heredia el 7 de julio de 1927 con muy bellos poemas escritos de las compañeras de Angélica incluyendo la Niña Ditas y todas sus compañeras de estudio.
Jesús y Angélica contraen matrimonio por la Iglesia Católica el 20 de abril de 1933 en ceremonia celebrada por el Presbítero don Oscar Trejos y con Lic. Don Carlos M. Trejos y doña Aurelia de Trejos, don Honorio Arias y doña Esperanza de Arias; Lic. Don Víctor Trejos y doña Talía de Trejos; don Rafael Baldares y doña Amelia de Baldares; don José Ángel Brenes y señorita María de los Ángeles Carvajal; don Gerardo León y señorita Oliva Rodríguez; don José Rodríguez y señorita Claudia Castro en calidad de padrinos del matrimonio.
Jesús es asignado como Director en la Escuela Rural "República de Bolivia" en Santa María de Dota, en el Sector de los Santos a unos 30 kilómetros de la Capital, rodeado de bellas montañas y cafetales, la población estudiantil es de poco mas de 200 niños. El acceso en esa época a ese hermoso valle era desde Cartago y por caminos y senderos agrestes, accesibles solo en caballo o mula.
Llama la atención que el primer cargo del Maestro Normalista especialista en Pedagogía en Europa fuera en una Escuela Rural, posiblemente debido a que sus ideas vanguardistas aplicadas a la pedagogía y publicadas en toda la prensa nacional de la época eran muy poco entendidas y compartidas. Proponemos un Estudio de su obra, de la cual se conservan valiosos documentos en un álbum de recortes de prensa titulado “Scrap-Book”, y varios otros álbumes, escritos inéditos y ejemplares del Repertorio Americano los cuales están listados en este blog bajo Profesor don Jesús Vega Orozco del 8 de marzo del 2010.
Antes del nacimiento de su primogénita Nydia María, el matrimonio Vega-Rodríguez se traslada al centro de San José, a un apartamento anexo a la vivienda del hogar de don Juan J. Rodríguez y doña Manuela A. Arias, padres de Angélica, ubicada en la 5ta Avenida en el céntrico Barrio México. Para ese tiempo, Jesús es docente en la "Escuela Juan Rafael Mora Porras", luego es ascendido y es designado Director de la "Escuela Pilar Jiménez Solís" de Guadalupe, cargo que ocupó relativamente corto tiempo hasta el 16 de setiembre de 1936, debido a su destitución, por expresar su opinión y escribir un artículo en el que defendía la dignidad de los todos los docentes a favor de unos maestros destituidos por la administración pública.
Con motivo de este hecho, la Asociación de “Maestros Unidos” dirigió una carta al Secretario de Educación solicitando detalles sobre la expulsión del Sr. Vega Orozco, “dada la preparación y devoción con que el citado maestro venía desarrollando el cargo”. No fue el único caso de la época, en la Obra "Un Siglo de Luchas Femeninas en América" escrito por Eugenia Rodríguez Saenz (Editorial de la UCR, 2005) se menciona en la página 143 la destitución de don Jesús Vega y se documentan muchos otros casos similares.
Siguiendo el hilo del relato, la joven pareja de educadores adquiere su primera vivienda en el Barrio Don Bosco, Nydia atiende a clases en la Escuela América, donde Angélica es Maestra y Carlos Enrique que nació en 1938 aprende a escribir y leer en la Escuela Juan Rafael Mora Porras con la profesora doña Anita de Valverde, donde su papá Jesús era Pedagogo.
Angélica lleva anualmente sus “Diarios de Clases” y sus hijos y esposo recuerdan todo el trabajo de corrección de exámenes y trabajos que realizaba en las tardes-noches. La familia adquiere su primer y segundo vehículo en una época en la cual circulaban un muy reducido número de vehículos particulares en Costa Rica.
De esa época data el Apartado número 25 en el bello edificio de Correos de Costa Rica, frente al Club Unión, desde donde Jesús y Angélica mantenían comunicación directa con intelectuales de América y Europa y posteriormente con sus hijos y únicos nietos que residian en Caracas, Venezuela, ciudad que visitaron muchas veces.
Jesús, da un giro profesional e inicia dos nuevas carreras, la de Perito Propagandista (siendo el segundo costarricense que se gradúa en esa profesión expertos en publicidad y ventas), fundando la Asociación de Nacional de Profesionales Publicitarios (2 de junio de 1949) y la de Contador Publico y fundador de Colegio de Contadores Públicos de Costa Rica ( Vocal 2da de la primera Junta Directiva del 19 de noviembre de 1947), combinando el uso libre de la profesión así como en diversos cargos en diferentes Organizaciones, Auditor en Tributación Directa (de la cual fue separado por razones políticas). Trabajó en el Instituto Costarricense de Turismo de Costa Rica, ICT, de la cual fue Director.
La familia decide entonces trasladarse a las afueras del centro de San José, al vecino distrito de San Pedro Montes de Oca, a tan solo unos 2 kms del Centro, donde encargan y construyen una moderna casa esquinera de cemento con un gran patio a 100 varas (poco menos de 100 metros) al Oeste de la Entrada Principal del "Liceo José Joaquín Vargas Calvo", en las cercanías de la Universidad de Costa Rica y el Colegio San José de Calasanz. Esta vivienda dió lugar en el 2009 a modernos locales comerciales que se sumaron a los ya existentes en reformas anteriores en el patio de la casa. En este entonces la vecina “Calle de la Amargura” era una calle estrictamente residencial.
Los padres deciden que su pequeña Nydia continúe sus estudios en el Colegio María Auxiliadora y Carlos Enrique en el Colegio Seminario, ambos católicos. Posteriormente Nydia ingresa en la UCR en la Facultad de Economía, y mas adelante Carlos se traslada a la Ciudad de México para seguir la carrera de medicina. Las aficiones de la época son las revistas y los discos de pasta de 45 y 33-1/2 revoluciones, trasladarse en tranvía a las salas de cine en el centro de San José.
Hasta el año de 1959, en que se pensionó, la "Niña Angélica" continua ejerciendo las labores de esposa, madre y docente, con el apoyo de doña Claudina Barquero, herediana quien sirvió y dio su vida por mas de sesenta años al matrimonio Vega-Rodríguez en la crianza de Nydia y Carlos Enrique y en la administración y tareas del hogar.
Con el tiempo dejaron de funcionar la "Escuela América" antigua Escuela Italia, y la "Escuela Argentina", dada la menor afluencia de estudiantes en el Centro de San José. Estas escuelas fueron fusionadas en la "Escuela Buenaventura Corrales" (Edificio Metálico) remodelada hace pocos años y es uno de los edificios de interés para los visitantes a la Capital de Costa Rica por su bella arquitectura y ubicación en el Barrio Amón frente al Parque Morazán.
Durante la década de los sesenta y setenta en varias ocasiones Angélica viaja a Venezuela y México, para acompañar a su única hija Nydia casada con el Ingeniero don Emilio Vilagut Martín a recibir a su primera nieta Emilia que nació en Caracas, a Rafael que nació en San Felipe Yaracuy, a Irene y a Juan Carlos que también nacieron en Caracas y a visitar a Carlos Enrique durante su estancia en México.
Angélica con mas tiempo disponible inicia su labor social, ejerciendo como tesorera (ad-honorem) en la Asociación Femenina de Acción Cristiana, desde 1968 hasta 1978 en Barrio Pinto. Sendos reconocimientos de esta labor publicados en la Nación de fecha 9 de agosto de 1978, "Record" de Tesorera sin sueldo y en La Prensa Libre, del 19 de agosto del mismo año, "Té en honor de la Señora Angélica Rodríguez de Vega."
En una de sus aficiones compartida por todas sus hermanas, la buena cocina, la Niña Angélica alcanza un grado de maestría, y deleita a todos con ricos platillos, elaborados para todas las ocasiones. En su “Recetario” hay secciones con recortes y recetas manuscritas de carnes, ensaladas, arroces, sopas, otros platos salados, huevos, mariscos, pancakes, macarrones, pollos y aves, salsas, panes, queques y pasteles, postres, golosinas para café o té (bocas), sorbetes y refrescos, ponches, helados.
En esos años, la Niña Angélica, adquiere mas técnicas en las manualidades como collage, pintura en tela, tejido, papel maché, muchas de las cuales han pasado a través de las generaciones a su hija Nydia, nietas Emilia e Irene y bisnieta Angélica Figallo Vilagut, quien lanzó a finales del 2011 una línea de aretes hermosamente confeccionados artesanalmente en madera.
Su buen gusto, fue heredado por su hija Nydia y especialmente por su nieto menor, Juan Carlos Vilagut Vega, quien además de ser Licenciado en Administración de Empresas es un muy competente diseñador de espacios, con especialidad en arreglos florales, adornos de temporada y eventos. Juan Carlos además operó en la antigua casa de sus abuelos un Restaurante-Lodge, Mokambo, alabado por la exquisita mesa, buen gusto y excelente servicio y atención.
Una vez pensionados Jesús y Angélica, y como adultos mayores se dedican a pasear en coche, en la camioneta Corolla amarilla, acompañados de su fiel colaboradora Claudina por todo el pintoresco Valle Central y sitios de interés para la época como el floreciente litoral Guanacasteco y los recién inaugurados parques nacionales Volcán Irazú (1955) y Volcán Poás (1971). Una de sus mayores aficiones era resolver crucigramas, para lo cual habían elaborado un “Diccionario de Crucigramas,” y los juegos de mesa en especial el juego de naipe, canasta o barajas.
Amaban a los animales, y llegaron a tener varios perritos pequineses, de los cuales recordamos de nuestra niñez los de nombre Fricka (de su color preferido amarillo) y la negrita Morticia. En el jardín de la entrada mantuvieron un pequeño estanque donde habitaban varias tortugas o "lulitas". De allí su afición a coleccionar tortugas de "arte murano" adquiridas en varios viajes a Venezuela.
En 1980 Carlos Enrique, médico cirujano viaja a realizar estudios de especialización en Genética Humana en la vieja Europa, en el reconocido Hospital de la Timone en Marsella Francia, donde es visitado por sus hermanos Nydia y Emilio en 1981. Al terminar su especialización regresa a Costa Rica a continuar su labor como médico de la Caja Costarricense del Seguro Social, CCSS y a atender a sus padres tías y tías Rodríguez en ese entonces algunos ya octogenarios y otros septenarios.
Los padres deciden que su pequeña Nydia continúe sus estudios en el Colegio María Auxiliadora y Carlos Enrique en el Colegio Seminario, ambos católicos. Posteriormente Nydia ingresa en la UCR en la Facultad de Economía, y mas adelante Carlos se traslada a la Ciudad de México para seguir la carrera de medicina. Las aficiones de la época son las revistas y los discos de pasta de 45 y 33-1/2 revoluciones, trasladarse en tranvía a las salas de cine en el centro de San José.
Hasta el año de 1959, en que se pensionó, la "Niña Angélica" continua ejerciendo las labores de esposa, madre y docente, con el apoyo de doña Claudina Barquero, herediana quien sirvió y dio su vida por mas de sesenta años al matrimonio Vega-Rodríguez en la crianza de Nydia y Carlos Enrique y en la administración y tareas del hogar.
Con el tiempo dejaron de funcionar la "Escuela América" antigua Escuela Italia, y la "Escuela Argentina", dada la menor afluencia de estudiantes en el Centro de San José. Estas escuelas fueron fusionadas en la "Escuela Buenaventura Corrales" (Edificio Metálico) remodelada hace pocos años y es uno de los edificios de interés para los visitantes a la Capital de Costa Rica por su bella arquitectura y ubicación en el Barrio Amón frente al Parque Morazán.
Durante la década de los sesenta y setenta en varias ocasiones Angélica viaja a Venezuela y México, para acompañar a su única hija Nydia casada con el Ingeniero don Emilio Vilagut Martín a recibir a su primera nieta Emilia que nació en Caracas, a Rafael que nació en San Felipe Yaracuy, a Irene y a Juan Carlos que también nacieron en Caracas y a visitar a Carlos Enrique durante su estancia en México.
Angélica con mas tiempo disponible inicia su labor social, ejerciendo como tesorera (ad-honorem) en la Asociación Femenina de Acción Cristiana, desde 1968 hasta 1978 en Barrio Pinto. Sendos reconocimientos de esta labor publicados en la Nación de fecha 9 de agosto de 1978, "Record" de Tesorera sin sueldo y en La Prensa Libre, del 19 de agosto del mismo año, "Té en honor de la Señora Angélica Rodríguez de Vega."
En una de sus aficiones compartida por todas sus hermanas, la buena cocina, la Niña Angélica alcanza un grado de maestría, y deleita a todos con ricos platillos, elaborados para todas las ocasiones. En su “Recetario” hay secciones con recortes y recetas manuscritas de carnes, ensaladas, arroces, sopas, otros platos salados, huevos, mariscos, pancakes, macarrones, pollos y aves, salsas, panes, queques y pasteles, postres, golosinas para café o té (bocas), sorbetes y refrescos, ponches, helados.
En esos años, la Niña Angélica, adquiere mas técnicas en las manualidades como collage, pintura en tela, tejido, papel maché, muchas de las cuales han pasado a través de las generaciones a su hija Nydia, nietas Emilia e Irene y bisnieta Angélica Figallo Vilagut, quien lanzó a finales del 2011 una línea de aretes hermosamente confeccionados artesanalmente en madera.
Su buen gusto, fue heredado por su hija Nydia y especialmente por su nieto menor, Juan Carlos Vilagut Vega, quien además de ser Licenciado en Administración de Empresas es un muy competente diseñador de espacios, con especialidad en arreglos florales, adornos de temporada y eventos. Juan Carlos además operó en la antigua casa de sus abuelos un Restaurante-Lodge, Mokambo, alabado por la exquisita mesa, buen gusto y excelente servicio y atención.
Una vez pensionados Jesús y Angélica, y como adultos mayores se dedican a pasear en coche, en la camioneta Corolla amarilla, acompañados de su fiel colaboradora Claudina por todo el pintoresco Valle Central y sitios de interés para la época como el floreciente litoral Guanacasteco y los recién inaugurados parques nacionales Volcán Irazú (1955) y Volcán Poás (1971). Una de sus mayores aficiones era resolver crucigramas, para lo cual habían elaborado un “Diccionario de Crucigramas,” y los juegos de mesa en especial el juego de naipe, canasta o barajas.
Amaban a los animales, y llegaron a tener varios perritos pequineses, de los cuales recordamos de nuestra niñez los de nombre Fricka (de su color preferido amarillo) y la negrita Morticia. En el jardín de la entrada mantuvieron un pequeño estanque donde habitaban varias tortugas o "lulitas". De allí su afición a coleccionar tortugas de "arte murano" adquiridas en varios viajes a Venezuela.
En 1980 Carlos Enrique, médico cirujano viaja a realizar estudios de especialización en Genética Humana en la vieja Europa, en el reconocido Hospital de la Timone en Marsella Francia, donde es visitado por sus hermanos Nydia y Emilio en 1981. Al terminar su especialización regresa a Costa Rica a continuar su labor como médico de la Caja Costarricense del Seguro Social, CCSS y a atender a sus padres tías y tías Rodríguez en ese entonces algunos ya octogenarios y otros septenarios.
Acompañada de su hija Nydia, quien se trasladó desde Venezuela con su esposo Emilio
para cuidar a su madre la Niña Angélica en sus años dorados, antes cuidaba de ella su hijo Carlos Enrique
La Niña Angélica comienza a perder poco a poco la visión, para quedarse completamente ciega unos años después debido al posiblemente equivocado tratamiento médico de un glaucoma y unas muy poco exitosas intervenciones quirúrgicas a que fue sometida en Costa Rica. Esto no cambió en nada su estilo de vida, buena actitud, ni bella personalidad. La Abuelita Angélica, como le decíamos sus cuatro nietos, continuó sus actividades habituales incluso los viajes a visitar a la familia en Venezuela, así como los paseos por su querida Costa Rica. Durante muchos años las comunicaciones fueron misivas semanales a través de Jesusito cuando ya ella no podía escribir y llamadas telefónicas, incluso intercambio de casetes, formato de grabación de sonido de cinta magnética ampliamente utilizado en los 70 y 80s.
Sin facebook ni redes sociales, doña Angélica Rodríguez Arias, mantenía estrecho contacto con sus alumnas, y compañeras del Colegio de Señoritas y de la Escuela Normal de Heredia. Entre ellas recordamos a doña Angelina Alvarado, doña Josefina Romero, doña María del Rosario Rodríguez León, doña Lidia Rojas Díaz, doña Rosalía Amador, doña Florentina (Pitina) Porras, doña Elena Gómez B., doña Celina Montero X., doña Nora Murillo S., doña Argentina Mesén, doña Flora Zúñiga, quienes estuvieron presentes en todos los eventos importantes en la vida de los profesores Vega-Rodríguez.
Nadie la oyó quejarse de enfermedad o dolencia de ella o sus seres queridos ni de ninguna situación adversa de su vida. Nunca la escuché referirse a la palabra "miedo" o temor a otra cosa que no fuera a Dios. Una católica practicante, quien participó en varias agrupaciones Católicos de San Pedro y Barrio Pinto y fue muy admirada por su fe y su labor social en todo el Cantón de Montes de Oca, por sus preciosas manualidades y muy ricos manjares.
Era muy desprendida y obsequiaba ropa, comida y regalos a todos los que podía. Sus nietos e hijos recibíamos en cada navidad y cumpleaños una cantidad en metálico que nos hacían llegar a Venezuela. Heredaron tempranamente su casa esquinera de San Pedro a su hija mayor Nydia y el terreno del patio de la casa a su hijo menor Carlos Enrique quien construyó una vivienda allí. Inculcaron en nosotros, sus descendientes, muchos valores, la honestidad, el estudio, el valor del trabajo y del dinero, la conveniencia no gastar todo y de ahorrar, el amor a la familia.
Recordando dos fechas familiares de especial significado el 20 de marzo de 1983, cuando el matrimonio Vega-Rodríguez arribó a sus bodas de oro, cincuenta de casados que se celebró en la Iglesia de Santa Teresita en los Yoses, de la cual hay un hermoso álbum de fotos, tarjetas, telegramas y cartas y diez años después en 1993, la celebración de los sesenta años de vida conyugal celebrados en la Capilla del vecino Colegio San José de Calasanz y en su residencia de San Pedro de Montes de Oca, rodeados de familiares y amigos, de la cual quedan unas grabaciones en video-cámara que nosotros mismos hicimos.
El Dr Carlos Enrique Vega Rodríguez, médico muy apreciado y querido por toda la familia, llegó a ocupar el puesto de Director del Hospital de Guadalupe, se dedicó a acompañar y a cuidar a su madre, la Niña Angélica después del fallecimiento de Jesusito en agosto de 1997, hasta su muerte el 23 de abril del 2006, los últimos cinco años al tiempo que luchaba contra una penosa enfermedad. Sus pasiones, el cine, los viajes, y cultivar frutales en un pequeño potrero ubicado en la Garita de Alajuela, donde muchas veces la familia Rodríguez hizo paseos y encuentros.
A partir de ese trágico momento para todos los miembros de nuestra familia, Nydia y Emilio, nuestros padres, quienes llevaban viviendo 47 años en Venezuela desde su unión matrimonial, se trasladan definitivamente de Caracas a Costa Rica para acompañar y dar la atención necesaria a la Abuelita Angélica que para ese momento ya tiene 97 años de edad y está todavía en buen uso de sus facultades mentales y motoras, las cuales empezaron a mermar a partir de ese año.
En el 2007 la familia traslada su residencia desde San Pedro Montes de Oca al mas lejano Cantón de Curridabat, al este de la ciudad, y el 10 de agosto de ese año recordamos la celebración de 99 cumpleaños de la Abuelita. Familiares y amigos se reunieron en la recién construida y especialmente para ella moderna residencia ubicada en un bello residencial en Guayabos Curridabat, Masía, para celebrar su aniversario y la bendición de larga vida de la Niña Angélica. La mayoría de sus sobrinos estuvieron presentes, dos de las cuales se dedicaron a la docencia, doña Virginia López R., y doña Flora León R, así como su sobrina nieta Annabelle Quesada L.
La Niña Angélica, en el pórtico de la que fuera su residencia en San Pedro Montes de Oca acompañada de sus bisnietos Daniel y Jorge Canelón Vilagut.
A partir de ese año por su edad muy avanzada la Abuelita Angélica requiere cuidados especializados que los recibió en el Hogar de Ángeles, institución situada en el número 33 de la Carretera a Granadilla Norte, donde personal médico, enfermería, fisioterapia, y cuidado de la persona mayor, junto con sus hijos Nydia y Emilio, y sus nietos Juan Carlos y Rafael, y algunos de sus sobrinos y sobrinos nietos como Flora León R. y su hija Marianela Chaves y su yerno el Dr Carlos Solano, la visitaban regularmente y le devolvían en parte todo el amor y enseñanzas que por tantos años ella supo dar a todos.
La Niña Angélica aún a su avanzada edad, fue siempre económicamente independiente, gracias sus treinta años largos en la educación y posteriormente al Sistema Social de Costa Rica y a la pensión del magisterio, y posteriormente a la cuota parte que le correspondió de las pensiones del Profesor Jesús Vega y del Dr. Carlos Enrique Vega R., quien vivió siempre con sus amados padres.
Había dinero suficiente para cubrir todas las necesidades y un poco más como aprendieron de sus padres don Juan J. Rodríguez y doña Manuela Arias Camacho y enseñaron a todos los que vinimos después de ellos. Que maravillosa enseñanza y ejemplo a sus estudiantes, hijos, nietos y bisnietos.
Con un estilo de vida sano, adelantada para su época, sin gimnasios, ni "spa´s," supo cuidar su mente, su cuerpo y figura y su espíritu a través del ejercicio físico y una sana alimentación. Gracias a ésto y probablemente a su herencia genética, la Niña Angélica sobrevivió 14 años a su esposo Jesús, a su hijo Dr. Carlos Enrique quien falleció prematuramente a los 68 años, a sus dos hermanos don José (murió muy joven y soltero) y don Mario Rodríguez Arias (casado con su prima María Elena Rodríguez) y a sus seis hermanas doñas Mencha (casada con don Manuel Barrantes), Amelia (murió jóven y soltera), Arcelia (casada con don Manuel López), Oliva (casada con don Winston McGhie), Inés (casada con Gerardo León), y Mercedes Rodríguez Arias (casada con don Gerardo Rivera) y quien como mencionamos también fue una insigne educadora.
Unos meses antes de su muerte, el 11 de noviembre del 2011, un hecho que no se puede calificar de otra manera sino milagro, del cual fuimos testigos, sucedió en el Hogar de los Ángeles su última morada. La Mano de Dios, se hizo presente extirpando un tumor canceroso que había crecido varios centímetros en su cara, que los médicos no habían podido sanar. Ese día a través de la fe inmensa y de la oración devota de su cuidadora, doña Marcia, el tumor se desprendió de forma inesperada sin derramar siquiera una gota de sangre. Una prueba más, en carnes propias, del poder de que Dios lo puede todo como tantas veces lo hemos leído en las Santas Escrituras.
La Niña Angélica aún a su avanzada edad, fue siempre económicamente independiente, gracias sus treinta años largos en la educación y posteriormente al Sistema Social de Costa Rica y a la pensión del magisterio, y posteriormente a la cuota parte que le correspondió de las pensiones del Profesor Jesús Vega y del Dr. Carlos Enrique Vega R., quien vivió siempre con sus amados padres.
Había dinero suficiente para cubrir todas las necesidades y un poco más como aprendieron de sus padres don Juan J. Rodríguez y doña Manuela Arias Camacho y enseñaron a todos los que vinimos después de ellos. Que maravillosa enseñanza y ejemplo a sus estudiantes, hijos, nietos y bisnietos.
Con un estilo de vida sano, adelantada para su época, sin gimnasios, ni "spa´s," supo cuidar su mente, su cuerpo y figura y su espíritu a través del ejercicio físico y una sana alimentación. Gracias a ésto y probablemente a su herencia genética, la Niña Angélica sobrevivió 14 años a su esposo Jesús, a su hijo Dr. Carlos Enrique quien falleció prematuramente a los 68 años, a sus dos hermanos don José (murió muy joven y soltero) y don Mario Rodríguez Arias (casado con su prima María Elena Rodríguez) y a sus seis hermanas doñas Mencha (casada con don Manuel Barrantes), Amelia (murió jóven y soltera), Arcelia (casada con don Manuel López), Oliva (casada con don Winston McGhie), Inés (casada con Gerardo León), y Mercedes Rodríguez Arias (casada con don Gerardo Rivera) y quien como mencionamos también fue una insigne educadora.
Unos meses antes de su muerte, el 11 de noviembre del 2011, un hecho que no se puede calificar de otra manera sino milagro, del cual fuimos testigos, sucedió en el Hogar de los Ángeles su última morada. La Mano de Dios, se hizo presente extirpando un tumor canceroso que había crecido varios centímetros en su cara, que los médicos no habían podido sanar. Ese día a través de la fe inmensa y de la oración devota de su cuidadora, doña Marcia, el tumor se desprendió de forma inesperada sin derramar siquiera una gota de sangre. Una prueba más, en carnes propias, del poder de que Dios lo puede todo como tantas veces lo hemos leído en las Santas Escrituras.
Nuestros Abuelitos Jesús y Angélica.
Ahora Masita y "su lindo" esposo reunidos nuevamente
junto con su hijo Carlos Enrique y todos sus hermanos y cuñados.
El 13 de febrero de 2012 nos dejó la Profesora Angélica Rodríguez de Vega y partió a una mejor vida retornando a sus padres, hermanos, esposo Jesusito e hijo Carlos Enrique, compañeras del Colegio de Señoritas y del la Escuela Normal de Heredia, al lado de Nuestro Señor y Dios. Durante sus exequias en la Funeraria Montesacro y en la Iglesia de San Pedro de Montes de Oca, sentidas palabras de tres de sus alumnas, quienes recordaron a la "Niña Angélica" quien las enseñó a leer y a escribir, como a muchas tantas generaciones de costarricenses que estudiaron en la hoy extinta Escuela América. Estabamos presentes familiares, vecinos, muchas personas que la querían y que la cuidaron de ella en sus años dorados. El Presbítero inició el oficio recordando al Salmista y lo que representa a los ojos de Dios una vida de más de un siglo de duración. 103 años, toda una campeona!
Para todos lo que la conocieron y deseen honrar su recuerdo, las misas de septenario en Costa Rica desde el martes 14 de febrero de 2012, día de la Amistad y del Amor, en la Iglesia de San Pedro Montes de Oca hasta el lunes 20 a las 6:00 pm excepto el domingo 19 que será a las 5:30 de la tarde. En Caracas, Venezuela, la familia venezolana invita a un novenario en la Iglesia de Santo Tomás Apóstol de la Trinidad, en la ciudad de Caracas, a las 6:30 de la tarde hasta el 21 de febrero de 2012.
"Niña Angélica" te damos gracias por tus enseñanzas, tu legado, tu amor, y la huella que dejaste entre los familiares, amigos, vecinos, grupos de Acción Social, grupos cristianos y alumnas y estudiantes. Estamos seguros que ahora en un lugar privilegiado intercedes por todas nuestras necesidades terrenales.
Como si presintieran que un día escribiríamos esta historia sobre dos educadores, Jesús y Angélica encontramos un breve artículo "Sobre la Tumba del Maestro" (del archivo familiar de don Jesús y doña Angélica) al cual cabe referirnos en estos momentos. El epitafio escrito en el monumento eregido sobre la tumba del inmortal Pestalozzi, termina con estas palabras: “hombre, cristiano, ciudadano: todo para los otros, nada para él. Bendecido sea su nombre”.
En la cruz que señale la tumba donde reposen los restos venerados de Miguel Obregón Lizano, que al igual que Pestazzoli, consagró su vida a la Escuela y su amor a los niños, solo bastan estas palabras: “AQUÍ YACE UN MAESTRO” escrito por don Jesús Vega Orozco, en San José, 24 de Julio de 1935, hace mas de 75 años! Hoy rescatamos esas palabras.
Solo nos queda agregar, en el Camposanto Montesacro Curridabat, en la tumba de nuestros queridos y recordados familiares Abuelito Jesús, Abuelita Angélica y tío Carlos, aquí yacen dos maestros costarricenses y un médico excepcionales. Los invitamos a todos los que los conocieron, a dejar testimonio sobre el recuerdo de nuestra familia tica a quienes honramos con esta entrada de Feliz y Saludable.
Obituario publicado en La Nación de Costa Rica del 15 de febrero de 2012
Condolencias al Apartado Postal 925-2050 San Pedro Montes de Oca
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