El árbol de la vida y el dinero. Por MBA Rafa Vilagut, ravilagut@incruises.com
El Árbol de la Vida.
La Cábala explica diez esferas (sefirot), enumeradas habitualmente en el orden en que el rayo de Dios desciende para crear el mundo, que es la misma numeración utilizada por la europeizada Cábala hermética. Las sefirots de Zeir Anpin (el deseo de recibir con la intención de otorgar) comprenden desde la 4 hasta la 10:
Kéter (Corona, la voluntad, o el deseo de hacer bien a sus creados, el otorgamiento).
Jojmá (Sabiduría, el deseo de recibir).
Biná (Otorgamiento, el deseo de otorgar con la intención de recibir).
Jesed (Misericordia o benevolencia).
Gevurá (Justicia).
Tiféret (Belleza).
Netsaj (Victoria).
Hod (Gloria o reverberación).
Yesod (Fundamento, la generación, o piedra angular de la estabilidad).
Maljut (Reino o reinado, el deseo de recibir con el fin de recibir, la materia de la creación, el ego, la vasija, la cualidad de la recepción pura).
El Dinero.
El dinero no es una energía. El dinero no es una energía. El dinero no es una energía. El dinero no es luz. El dinero no es luz. El dinero no es luz.
El dinero es una vasija para transportar la luz del sustento.
Dinero y Kabbalah por Kabalah Aplicada
La Cabalá o Cábala (Kabbalah).
La cábala se refiere a una serie de enseñanzas esotéricas que intentan explicar la relación entre un ser infinito (Ein Sof) que es inmutable, eterno y misterioso y el Universo perecedero y finito (creado por Dios). La cábala no podría considerarse como una denominación religiosa, si bien es la base de interpretaciones religiosas de carácter místico. La cábala busca definir la naturaleza del Universo y del hombre, la base y propósitos de su existencia y otras cuestiones relacionadas con la ontología. También presenta métodos para ayudar a entender estos conceptos y, por tanto, lograr un crecimiento espiritual.
Una de las fuentes de la cábala es el Zohar (‘Libro del esplendor’), por Shimon bar Yojai. La idea allí expuesta es que, del seno mismo de la Divinidad Oculta o Infinito (el Ain Sof), surgió un rayo de luz que dio origen a la nada (ain), identificada con una esfera (sefirá) o región, que recibe el nombre de kéter (‘corona’). De esta corona suprema de Dios emanan otras nueve esferas (las sefirot). Estas diez esferas constituyen los distintos aspectos de Dios, mediante los cuales se manifiesta.
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