Sinart. “La Ocarina de Cuesta de Moras” de la directora Mercedes Ramírez. 10 de abril de 2013. youtube.
Recordando la Dictadura en Costa Rica por Rafael A. Vilagut
Si el experto en historia de la cultura el inglés Peter Burke, se hubiese casado con una costarricense en lugar de una brasileña y le hubiera tocado vivir en Costa Rica, ¿sobre qué temas hubiera investigado? No me cabe duda, sobre el período 1917-1919 y el personaje Federico Tinoco Granados, Presidente 23° de Costa Rica. Gobierno de facto el 27 de enero de 1917, ganó las elecciones tres meses después. Tinoco, pidió permiso al Congreso y huyó a Europa en 1919 con familiares y amigos. A su hermano, Ministro de Guerra y Marina, lo asesinaron unos días antes, el 10 de agosto de 1919 en el Barrio Amón. Tinoco, fue precedido por don Alfredo González Flores, Benemérito de la Patria (1914-1917, derrocado) y sucedido por el General Juan Bautista Quirós Segura (1919 abandonó el poder y lo entregó a don Francisco Aguilar Barquero, Benemérito de la Patria.
¿Cómo es posible que a don Pepe (José) Figueres Ferrer, Benemérito de la Patria (Junta Fundadora de la Segunda República Presidente 32° y 36° de Costa Rica), quien encabezó un golpe de estado en la guerra civil de 1948 con más de 2.500 muertos (estimado), y a quien se le acusa como autor de crímenes y asesinatos e injusticias horribles como los crímenes del Codo del Diablo, pasara a la historia política de Costa Rica como un héroe y Benemérito y que a Federico Tinoco quien toma los cuarteles y la policía de San José y derroca al gobierno por las armas sin derramar una gota de sangre, se le haya considerado un tirano y un dictador y su gobierno se haya tratado de borrar de la historia? La respuesta la podemos encontrar en el fascinante concepto más o menos reciente de memoria histórica, atribuido a Pierre Nora y otros estudiosos europeos como Jacques Le Goff en Francia y Peter Burke en el Reino Unido quienes han contribuido a desarrollar la historiografía moderna. Es un tema apasionante que estamos estudiando en la UCR este año, como preparación para el inicio del doctorado en historia de la energía y el petróleo el año entrante.
Entre los antecedentes más importantes a los acontecimientos de enero del año 1917, se pueden mencionar a la primera guerra mundial de julio 1914 a noviembre de 1918, al excremento del diablo léase búsqueda del petróleo barato, las corporaciones petroleras internacionales, a la deteriorada administración de don Alfredo González Flores y el contrato petrolero Pinto-Greulich (ley de la República 10 de noviembre de 1916) sobre exploraciones petroleras con el Estado costarricense.
Si bien el petróleo, no influyó como un factor decisivo en la caída de González, sí erosionó la débil situación del Presidente de la República. ¿Será esta una de las causas que el presidente actual, político e historiador don Luis Guillermo Solís Rivera, evite consistentemente el tema del contrato de la Refinería China de Recope-Soresco, contrato que fue adscrito por las administraciones de don Oscar Arias y ratificado por la de doña Laura Chinchilla que ha sido objeto de críticas por grupos ecológicos, partidos políticos de la oposición? La Contraloría General de la República encontró yerros en el estudio de factibilidad que mantienen al proyecto petrolero de Moin en la provincia de Limón, en suspenso aún cuando dos Comisiones de esta administración ya ha visitado China y se acordó entre presidentes, que haya una renegociación del contrato de Soresco. La historia se repite…
A pesar de que el gobierno de Estados Unidos nunca reconoció al gobierno de Tinoco, si que estuvieron involucrados de dos maneras durante esa coyuntura: primero, la United Fruit Company y Mr. Minor Keith apoyaron a los hermanos Tinoco, y segundo, el día del golpe, 27 de enero, se asilaron en la embajada de Estados Unidos el presidente don González Flores, su representante en Washington don Manuel Castro Quesada, el presidente del Congreso don Máximo Fernández y otros funcionarios del gobierno.
Articulo La Nación “La Última Dictadura”
En la Costa Rica de nuestros bisabuelos y tatarabuelos de 1917 a 1919, se desató un proceso inflacionario y la paridad de la moneda con el dólar norteamericano pasó de dos a cuatro colones. El gobierno electo cumpliendo legislación de ese momento, recurrió a la fuerza para permanecer en el poder. Se tuvieron que enfrentar varios movimientos armados y rebeliones en diferentes partes del país. Se promulgaron las leyes de emergencia (Ley de Abastos), que le permitía al Poder Ejecutivo, por medio de los gobernadores, fijar en cada provincia los precios del maíz, los frijoles, el arroz, la manteca, la carne, la leche, los huevos, la sal, el dulce, el café, la leña entre otros.
Se otorgó una concesión petrolera a la Amory Company (Contrato Aguilar Amory del 25 de junio de 1918) y la Central Costa Rica Petroleum Company Ltd de Canadá, propiedad de la corporación británica British Controlled Oil Fields Ltd, para explorar petróleo en casi la mitad del territorio nacional y también se contrajo un empréstito con el Royal Bank de Canadá por un monto de 200.000 dólares (998.000 colones patrón oro). Ambas empresas presentaron una demanda contra el gobierno de Costa Rica, pero el fallo ratificado el 18 de octubre de 1923 en arbitraje favoreció a Costa Rica.
En 1919 la rebelión civil de los obreros, profesores, oposición se convirtió en revolución. Entre los líderes opositores Lic. Julio Acosta García, el general Jorge Voglio Jiménez, el Lic. Manuel Castro Quesada, el Lic. Antonio Álvarez Hurtado, los profesores Rogelio Fernández Güell (asesinado en Puntarenas en 1918) y Marcelino García Flamenco, don Mariano Guardia Carazo, don Rafael Rodríguez, el Lic. Luis Castro Ureña y algunos extranjeros como los generales Manuel Chao, Alfonso Estrada, Segundo Chamorro y Manuel Estupiñán. La descripción de las torturas y la violación de los derechos humanos de presos y estudiantes como a la joven Carmen Lyra, que casi matan en una manifestación, y la quema de los cepos, están ampliamente documentados. Se incendiaron dos periódicos. Después de todo Costa Rica no ha sido tan pacífica como se vende…
Sinart. “La Ocarina de Cuesta de Moras” de la directora Mercedes Ramírez
A pesar de ser unas elecciones legales por la “vía democrática” (como la venezolana de Hugo Chávez o su sucesor Nicolás Maduro y tantos otros regímenes en América Latina) se verificaron en Costa Rica todos los componentes presentes en un gobierno de facto como escases, inflación, deuda, no reconocimiento de Estados Unidos y otros países (Honduras, El Salvador y Guatemala si lo reconocían, Nicaragua y Panamá no), represión estudiantil, ¿suena conocido?
Es imposible no relacionar lo descrito con la grave situación que hoy día vive el indoblegable y valiente pueblo de Venezuela en el régimen de Nicolás Maduro y sus petrodólares devaluados, cien años más tarde, donde hay ingenuos y muchos interesados como el Embajador de Costa Rica en Venezuela don Federico Picado Gomez, que piensan, opinan y defienden que hay un gobierno democrático y con libertad de prensa, pero la cruda realidad que nos cuentan la mayoría de los venezolanos a través de las redes sociales (ya que la prensa ha sido censurada) sobre las violaciones a los derechos humanos de presos políticos, asesinato de estudiantes, violencia desatada, hiperinflación, corrupción, cierre y control de prensa y medios de información, cierre de empresas y persecución de empresarios y un largo etc.
Articulo La Nación
“La Última Dictadura”
Posterior al período 1917-1919, el 27 de junio de 1920 se pasa la famosa ley de nulidades, para anular toda la normativa jurídica del gobierno de Tinoco, incluyendo la fugaz Constitución Política de 1917, retomándose la de 1871, que estuvo vigente hasta 1949, cuando se promulga la Carta Magna, vigente hasta hoy. Sería interesante que en el caso de la Venezuela del siglo XXI, una vez que haya caído el actual régimen de Maduro (por un golpe militar ojalá por una salida democrática ayudada por la comunidad internacional), se pasara en Caracas alguna legislación, similar a la referida ley de nulidades costarricense, que anulara la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela vigente desde 1999 y se regresara a la Constitución de la República de Venezuela de 1961.
Desde hace unos años el olvido en la memoria colectiva o social, del gobierno de los Tinoco, ha comenzado a despertar o más bien a “recordar” en la memoria histórica del costarricense gracias a las investigaciones (a favor y en contra) de varios historiadores como Eduardo Oconitrillo en “Los Tinoco”, Premio Editorial Costa Rica en Biografía 1979 y más recientemente en el siglo XXI Alejandro Bonilla Castro en “El retrato del Recuerdo y el Olvido”. Hace poco tiempo, dos años atrás, Mercedes Ramírez realizó el documental “La Ocarina de Cuesta de Moras” que versa sobre la vida de María Fernández Le Capellain (de Tinoco) hija de don Mauro Fernández, arqueóloga y artista, opacada por su marido Federico Tinoco. ¿Sería posible hoy día que la esposa de un “dictador” e hija de un ilustre costarricense que ha ocupado altos cargos públicos, llegue a la vejez y muera en la más extrema pobreza? Aquí una gran diferencia con el régimen de saqueadores de Venezuela, a quienes en un excelente artículo de opinión de Gustavo Coronel del día de hoy se refiere como “Nico Babá y sus cuatrocientos ladrones.”
No sería extraño que para el centenario del 27 de enero del 1917 a menos de dos años, sigan apareciendo más investigaciones, programas, entrevistas, testimonios, exposiciones, conversatorios y documentales. Ya existe el precedente de la “expansión de la memoria”, con el film “El Codo del Diablo”, que comenzó a ser difundido el año pasado con llenazos en todas las salas y espacios, especialmente de jóvenes, cuya temática son los crímenes de seis comunistas después de finalizada la Guerra Civil del año 1948, donde no hay actores intelectuales ni se ha impartido justicia a los actores materiales plenamente identificados.
Poco después de ese horrendo crimen posterior a la guerra civil costarricense, en Venezuela se capturó y se envió a Costa Rica a uno de los autores materiales del Codo del Diablo y ¿qué paso? Al día siguiente salió del país y nunca se supo a ciencia cierta sobre los autores intelectuales ni el paradero de los actores materiales. Costa Rica tiene una deuda de larga data con Venezuela, la cual la mayoría de los costarricenses y en especial el Presidente Luis Guillermo Solís Rivera y los Poderes Públicos (Asamblea Legislativa), parecen haber olvidado. El objetivo de artículos de opinión como este es el de una aide à la mémoire.
¿Hasta cuándo es posible olvidar, el perdón y la reconciliación? Según algunos entendidos no es posible ser magnánimo desde una posición de debilidad, citando el ejemplo de Nelson Mandela quien fue capaz de perdonar solo hasta que el régimen del apartheid se vio obligado a liberarlo y el pudo acceder a la presidencia. ¿Sucederá lo mismo con los presos políticos Leopoldo López y Antonio Ledezma en Venezuela? Es posible que dentro de muy poco tiempo, seamos testigos del desenlace, ya que los precios del petróleo venezolano por debajo de US$ 50 por barril hacen insostenible la situación del régimen corrupto venezolano. La comunidad internacional ya ha comenzado a despertar, gracias a la declaratoria y sanciones del presidente Obama sobre altos funcionarios y el gobierno de Venezuela (no sobre los venezolanos).
¿Con recuperación de la memoria histórica será posible cambiar algunos de nuestros “recuerdos” individuales o colectivos, de la historia política costarricense en relación a la dictadura de Federico Tinoco, de 1917 a 1919 y sobre la guerra civil de 1948 liderada por don Pepe Figueres? ¿Será posible que el contrato de la refinería de petróleo china de Recope, o el terminal de contenedores de Moin con APM Terminals no sean tan malos para el país como nos los han pintado algunos grupos ecologistas y otros interesados? Seguramente los historiadores del siglo XXII estarán analizando estos temas, como hoy lo hacemos a pocos años de la conmemoración de Primer Centenario del 27 de enero de 1917.
En Costa Rica ayer domingo 22 de marzo de 2015, muchos ciudadanos indignados, diputados y miembros de la comunidad diplomática, ciudadanos de la colonia venezolana en Costa Rica y venezolanos que peor aún hemos vivido en carnes propias la revolución del Socialismo del Siglo XXI Chavista, que se inició con el golpe de estado dado en Venezuela el 4 de febrero de 1992, contra el segundo gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez, gran amigo de Costa Rica; levantamos enérgicamente la voz de protesta con las grotescas declaraciones del embajador comunista de Costa Rica en Venezuela publicado en La Nación por la periodista Natasha Cambronero.
En la tarde de hoy lunes afortunadamente el Canciller don Manuel González y el Presidente don Luis Guillermo Solís Rivera le hicieron saber al país que se abría un expediente debido a que dichas declaraciones no estaban debidamente autorizadas por el superior jerárquico como establece el artículo 11 del reglamento del Estatuto de Servicio Exterior en su inciso 21, que prohíbe a los embajadores "emitir juicios en calidad personal a través de medio de comunicación sobre temas relacionados con su trabajo, o sobre política internacional o asuntos internos del Estado receptor, que puedan comprometer a su país, sin la autorización expresa de su superior jerárquico".
Invitamos a todos los costarricenses especialmente a los jóvenes del siglo XXI a reflexionar sobre la dictadura que hubo en Costa Rica hace cien años, y alertar que en el caso de olvidar, estaremos dando los primeros pasos para volver a cometer los mismos errores que si bien no fueron tan cruentos como la guerra del 48, desembocaron en una etapa de gran inestabilidad, inflación y violación de los derechos humanos de estudiantes, obreros y presos políticos.