Descripción de España. Rafael A. Vilagut, Rafael E. Tarrago y Milton Henríquez, https://youtu.be/4nKrCNIQpXc, La primera campaña de vacunación mundial la hizo España en la Colonia Americana. La expedición Francisco Javier Balmis Berenguer - José Salvany i Lleopart.
Allá por el 2016 cuando cursaba en la Ciudad de la Investigación de la UCR en San José CR historia global de la salud con la profesora Ana P. Malavassi-Aguilar, los nueve doctorandos de las IX promoción aprendimos que los españoles fueron responsables de la primera campaña de vacunación mundial la hizo España en la Colonia Americana.
En el número del 21 de marzo de 1799 del Semanario de Agricultura y Artes de Madrid se publicó una traducción al español de un resumen del informe de 1798 del Dr. Edward Jenner (1749-1823) sobre sus experimentos con la vacuna. Esa publicación semanal y la Gaceta de Madrid eran muy leídas en la América española y el 3 de enero de 1804 se publicó en la Gaceta una carta según la cual la vacuna del Dr. Edward Jenner se había conocido en los reinos de las Indias debido al artículo publicado en el Semanario. El Dr. Jenner, que había demostrado la eficacia de la vacuna anti-variólica en 1796, escribió lo siguiente el 22 de noviembre de 1806 a su amigo el Revdo. Dibbin, refiriéndose a la expedición de la vacuna del rey Carlos IV: "No me imagino que en los anales de la historia haya un ejemplo de filantropía tan noble y tan extenso como éste". Esa es también la España que muestra el video que les compartimos en este artículo.
Hoy el 11 de febrero del 2023 les comparto en este espacio de conocimiento muchos de los hitos de los musulmanes, moros y cristianos, que conquistaron España y luego conquistaron casi la mitad del mundo, desde Alaska hasta la Patagonia, el continente americano el único que colinda polo norte y polo sur. Los latinoamericanos llevamos sangre de innumerables culturas, producto de las conquistas que sufrió la península ibérica, lo que hoy conocemos como España y Portugal.
Si deseas un estudio genealógico de larga duración, no dudes en contactarme y a través de una corta entrevista entenderé sus necesidades de conocer sobre su historia familiar desde el siglo XVI o incluso desde los romanos. Tengo los atestados necesarios y estoy en la capacidad de preparar biografías por encargo y contenido para empresas, ya que mi especialización además de la genealogía profesional y de larga duración es la historia empresarial.
La propagación de la viruela al nuevo mundo era inevitable. Al parecer, esta enfermedad apareció hace 10.000 años A. C., en el nordeste de África, pero la primera epidemia registrada en los anales de la historia fue en 1350 A. C., durante la guerra entre los egipcios y los hititas. La viruela mataba a personas de todas las edades y clases socioeconómicas. En su libro La viruela y su erradicación, (Smallpox and Its Eradication) Frank Fenner señala que, a fines del siglo XVIII, en Europa morían de viruela 400.000 personas al año y un tercio de los sobrevivientes quedaban ciegos. En el curso del siglo XVIII, cuatro monarcas europeos murieron de viruela durante su reinado, y la línea de sucesión al trono de los Habsburgo cambió cuatro veces en cuatro generaciones por la muerte de los herederos.
En 1518, tras la llegada de los conquistadores españoles a la isla La Española, un brote de viruela, enfermedad que no se conocía en el nuevo mundo antes de la llegada de los europeos, diezmó la población. De allí se extendió rápidamente por las Américas y exterminó a la mayoría de los aztecas e incas. Según el historiador William McNeill, en un siglo, la población de México se redujo de alrededor de 25 millones a 1,6 millones. Si eso pasó en México imaginen en Tierra Firme (Costa de Venezuela, Colombia, Panamá), en el Caribe, y en el resto de América.
Tres siglos después, las epidemias de viruela continuaban amenazando al mundo. En la América española, el erario de España se enfrentaba con la posibilidad de sufrir grandes pérdidas como consecuencia de la disminución de la fuerza laboral. En Europa, hacía siete años que existía una vacuna contra la viruela y los funcionarios de la corona del Nuevo Reino de Granada (la actual Colombia) pidieron la vacuna para sus dominios.
El 1 de septiembre de 1803, Carlos IV de España, uno de cuyos hijos había muerto de viruela, emitió un edicto dirigido a todos los funcionarios de la corona y autoridades religiosas de sus dominios de Asia y América en el cual anunciaba la llegada de una expedición de vacunación y ordenaba que la apoyaran para: 1) vacunar gratis a las masas, 2) enseñar a preparar la vacuna anti-variólica en los dominios ultramarinos, y 3) organizar juntas municipales de vacunación para llevar un registro de las vacunaciones realizadas y mantener suero con virus vivo para vacunaciones futuras.
La expedición Francisco Javier Balmis Berenguer - José Salvany Lleopart para vacunar a los habitantes de la América española contra la viruela fue una campaña de salud pública de proporciones gigantescas. Un grupo pequeño zarpó con rumbo a los actuales territorios de Puerto Rico, Venezuela, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Bolivia, llevando la vacuna y administrando en los pueblos y ciudades por los que pasaba. El territorio no sólo era vasto, sino también brutalmente escabroso, con montañas escarpadas, selvas densas y ríos ignotos. Los expedicionarios viajaron en embarcaciones fluviales primitivas y a lomo de mula, cuando el terreno era demasiado accidentado para los caballos.
Integraban la expedición, además de Balmis, el cirujano catalán Salvany i Lleopart como subdirector; dos ayudantes cirujanos, Manuel Julián Grajales, quien en 1805 obtuvo el grado de doctor en Medicina por la Universidad de Santiago de Chile, y Antonio Gutiérrez Robredo, propuesto por el director de la expedición por tratarse de su discípulo predilecto; dos practicantes, Francisco Pastor Balmis, sobrino del director y, según él, “muy instruido en la vacuna por haberla constantemente practicado a mi lado”, y Rafael Lozano Pérez, seleccionado porque “se ha dedicado a esta nueva inoculación y es cirujano aprobado”; tres enfermeros, Basilio Bolaño, Pedro Ortega y Antonio Pastor; veintidós niños procedentes de la casa de expósitos de La Coruña acompañados de su rectora, Isabel Sendales Gómez, de quien, en un informe de Balmis al ministro Caballero, afirma: “La miserable Rectora que con excesivo trabajo y rigor de los diferentes climas que hemos recorrido, perdió enteramente su salud, infatigable noche y día ha derramado todas las ternuras de la más sensible madre sobre los 26 angelitos que tiene a su cuidado, del mismo modo que lo hizo desde La Coruña y en todos los viajes y los ha asistido enteramente en sus continuadas enfermedades”.
De Puerto Rico la expedición fue a Venezuela, donde, según narra R. Archila en La expedición de Balmis en Venezuela, fue recibida con manifestaciones públicas de júbilo. El poeta venezolano Andrés Bello dedicó una oda al gobernador español, alabándolo por ser el instrumento del don real que libraría a Venezuela del flagelo de la viruela.
El buque San Luis, que llevaba al grupo del Dr. Salvany, se hundió camino al puerto de Cartagena de Indias, pero los expedicionarios y su equipaje fueron rescatados. Atravesaron triunfantes las murallas de Cartagena el 24 de mayo de 1804 y enseguida comenzaron a vacunar a la población, según documenta Gonzalo Díaz de Yraola en su libro La vuelta al mundo de la expedición de la vacuna.
Al enterarse de que se había producido un brote de viruela en Ecuador, los expedicionarios apresuraron el viaje a la capital, Quito, donde permanecieron dos meses porque el Dr. Salvany cayó enfermo otra vez. De Quito fueron a Cuenca, donde fueron recibidos con un tedéum en la catedral, corridas de toros, bailes de disfraces y fuegos artificiales durante tres noches consecutivas. Allí vacunaron a 7.000 personas, y las autoridades los ayudaron a reclutar niños que llevaran la vacuna a Lima.
El rigor de la travesía por desfiladeros de vértigo y senderos andinos escarpados desde Cuenca hasta Piura, en Perú, fue compensado por la acogida que tuvieron los expedicionarios en los poblados indígenas. En Loja, donde vacunaron a 3.500 personas, fueron recibidos como salvadores.
Antes de partir de Lima para continuar su misión en Bolivia, el Dr. Salvany encargó a su ayudante, don Manuel Grajales, que fuera con una parte del grupo a Huarochiri, Jauja, Tarma, Huanuco, Panatagua y Canta, en Perú, y que después viajara por mar al Reino de Chile. El equipo desembarcó en Valparaíso en noviembre de 1806 y se encontró con la noticia decepcionante de que la vacuna lo había precedido en Chile. Había llegado de Buenos Aires en septiembre de 1805 y durante un año el sacerdote don Pedro María Chaparro había llevado a cabo su propia campaña de vacunación en la región central de Chile. Sin embargo, consciente de la importancia de institucionalizar la vacunación, don Manuel Grajales obtuvo la asistencia de las autoridades locales del Reino de Chile para formar juntas de vacunación en localidades chilenas.
Allá por el 2016 cuando cursaba en la Ciudad de la Investigación de la UCR en San José CR historia global de la salud con la profesora Ana P. Malavassi-Aguilar, los nueve doctorandos de las IX promoción aprendimos que los españoles fueron responsables de la primera campaña de vacunación mundial la hizo España en la Colonia Americana.
En el número del 21 de marzo de 1799 del Semanario de Agricultura y Artes de Madrid se publicó una traducción al español de un resumen del informe de 1798 del Dr. Edward Jenner (1749-1823) sobre sus experimentos con la vacuna. Esa publicación semanal y la Gaceta de Madrid eran muy leídas en la América española y el 3 de enero de 1804 se publicó en la Gaceta una carta según la cual la vacuna del Dr. Edward Jenner se había conocido en los reinos de las Indias debido al artículo publicado en el Semanario. El Dr. Jenner, que había demostrado la eficacia de la vacuna anti-variólica en 1796, escribió lo siguiente el 22 de noviembre de 1806 a su amigo el Revdo. Dibbin, refiriéndose a la expedición de la vacuna del rey Carlos IV: "No me imagino que en los anales de la historia haya un ejemplo de filantropía tan noble y tan extenso como éste". Esa es también la España que muestra el video que les compartimos en este artículo.
Hoy el 11 de febrero del 2023 les comparto en este espacio de conocimiento muchos de los hitos de los musulmanes, moros y cristianos, que conquistaron España y luego conquistaron casi la mitad del mundo, desde Alaska hasta la Patagonia, el continente americano el único que colinda polo norte y polo sur. Los latinoamericanos llevamos sangre de innumerables culturas, producto de las conquistas que sufrió la península ibérica, lo que hoy conocemos como España y Portugal.
Si deseas un estudio genealógico de larga duración, no dudes en contactarme y a través de una corta entrevista entenderé sus necesidades de conocer sobre su historia familiar desde el siglo XVI o incluso desde los romanos. Tengo los atestados necesarios y estoy en la capacidad de preparar biografías por encargo y contenido para empresas, ya que mi especialización además de la genealogía profesional y de larga duración es la historia empresarial.
La propagación de la viruela al nuevo mundo era inevitable. Al parecer, esta enfermedad apareció hace 10.000 años A. C., en el nordeste de África, pero la primera epidemia registrada en los anales de la historia fue en 1350 A. C., durante la guerra entre los egipcios y los hititas. La viruela mataba a personas de todas las edades y clases socioeconómicas. En su libro La viruela y su erradicación, (Smallpox and Its Eradication) Frank Fenner señala que, a fines del siglo XVIII, en Europa morían de viruela 400.000 personas al año y un tercio de los sobrevivientes quedaban ciegos. En el curso del siglo XVIII, cuatro monarcas europeos murieron de viruela durante su reinado, y la línea de sucesión al trono de los Habsburgo cambió cuatro veces en cuatro generaciones por la muerte de los herederos.
En 1518, tras la llegada de los conquistadores españoles a la isla La Española, un brote de viruela, enfermedad que no se conocía en el nuevo mundo antes de la llegada de los europeos, diezmó la población. De allí se extendió rápidamente por las Américas y exterminó a la mayoría de los aztecas e incas. Según el historiador William McNeill, en un siglo, la población de México se redujo de alrededor de 25 millones a 1,6 millones. Si eso pasó en México imaginen en Tierra Firme (Costa de Venezuela, Colombia, Panamá), en el Caribe, y en el resto de América.
Tres siglos después, las epidemias de viruela continuaban amenazando al mundo. En la América española, el erario de España se enfrentaba con la posibilidad de sufrir grandes pérdidas como consecuencia de la disminución de la fuerza laboral. En Europa, hacía siete años que existía una vacuna contra la viruela y los funcionarios de la corona del Nuevo Reino de Granada (la actual Colombia) pidieron la vacuna para sus dominios.
El 1 de septiembre de 1803, Carlos IV de España, uno de cuyos hijos había muerto de viruela, emitió un edicto dirigido a todos los funcionarios de la corona y autoridades religiosas de sus dominios de Asia y América en el cual anunciaba la llegada de una expedición de vacunación y ordenaba que la apoyaran para: 1) vacunar gratis a las masas, 2) enseñar a preparar la vacuna anti-variólica en los dominios ultramarinos, y 3) organizar juntas municipales de vacunación para llevar un registro de las vacunaciones realizadas y mantener suero con virus vivo para vacunaciones futuras.
La expedición Francisco Javier Balmis Berenguer - José Salvany Lleopart para vacunar a los habitantes de la América española contra la viruela fue una campaña de salud pública de proporciones gigantescas. Un grupo pequeño zarpó con rumbo a los actuales territorios de Puerto Rico, Venezuela, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Bolivia, llevando la vacuna y administrando en los pueblos y ciudades por los que pasaba. El territorio no sólo era vasto, sino también brutalmente escabroso, con montañas escarpadas, selvas densas y ríos ignotos. Los expedicionarios viajaron en embarcaciones fluviales primitivas y a lomo de mula, cuando el terreno era demasiado accidentado para los caballos.
Integraban la expedición, además de Balmis, el cirujano catalán Salvany i Lleopart como subdirector; dos ayudantes cirujanos, Manuel Julián Grajales, quien en 1805 obtuvo el grado de doctor en Medicina por la Universidad de Santiago de Chile, y Antonio Gutiérrez Robredo, propuesto por el director de la expedición por tratarse de su discípulo predilecto; dos practicantes, Francisco Pastor Balmis, sobrino del director y, según él, “muy instruido en la vacuna por haberla constantemente practicado a mi lado”, y Rafael Lozano Pérez, seleccionado porque “se ha dedicado a esta nueva inoculación y es cirujano aprobado”; tres enfermeros, Basilio Bolaño, Pedro Ortega y Antonio Pastor; veintidós niños procedentes de la casa de expósitos de La Coruña acompañados de su rectora, Isabel Sendales Gómez, de quien, en un informe de Balmis al ministro Caballero, afirma: “La miserable Rectora que con excesivo trabajo y rigor de los diferentes climas que hemos recorrido, perdió enteramente su salud, infatigable noche y día ha derramado todas las ternuras de la más sensible madre sobre los 26 angelitos que tiene a su cuidado, del mismo modo que lo hizo desde La Coruña y en todos los viajes y los ha asistido enteramente en sus continuadas enfermedades”.
De Puerto Rico la expedición fue a Venezuela, donde, según narra R. Archila en La expedición de Balmis en Venezuela, fue recibida con manifestaciones públicas de júbilo. El poeta venezolano Andrés Bello dedicó una oda al gobernador español, alabándolo por ser el instrumento del don real que libraría a Venezuela del flagelo de la viruela.
El buque San Luis, que llevaba al grupo del Dr. Salvany, se hundió camino al puerto de Cartagena de Indias, pero los expedicionarios y su equipaje fueron rescatados. Atravesaron triunfantes las murallas de Cartagena el 24 de mayo de 1804 y enseguida comenzaron a vacunar a la población, según documenta Gonzalo Díaz de Yraola en su libro La vuelta al mundo de la expedición de la vacuna.
Al enterarse de que se había producido un brote de viruela en Ecuador, los expedicionarios apresuraron el viaje a la capital, Quito, donde permanecieron dos meses porque el Dr. Salvany cayó enfermo otra vez. De Quito fueron a Cuenca, donde fueron recibidos con un tedéum en la catedral, corridas de toros, bailes de disfraces y fuegos artificiales durante tres noches consecutivas. Allí vacunaron a 7.000 personas, y las autoridades los ayudaron a reclutar niños que llevaran la vacuna a Lima.
El rigor de la travesía por desfiladeros de vértigo y senderos andinos escarpados desde Cuenca hasta Piura, en Perú, fue compensado por la acogida que tuvieron los expedicionarios en los poblados indígenas. En Loja, donde vacunaron a 3.500 personas, fueron recibidos como salvadores.
Antes de partir de Lima para continuar su misión en Bolivia, el Dr. Salvany encargó a su ayudante, don Manuel Grajales, que fuera con una parte del grupo a Huarochiri, Jauja, Tarma, Huanuco, Panatagua y Canta, en Perú, y que después viajara por mar al Reino de Chile. El equipo desembarcó en Valparaíso en noviembre de 1806 y se encontró con la noticia decepcionante de que la vacuna lo había precedido en Chile. Había llegado de Buenos Aires en septiembre de 1805 y durante un año el sacerdote don Pedro María Chaparro había llevado a cabo su propia campaña de vacunación en la región central de Chile. Sin embargo, consciente de la importancia de institucionalizar la vacunación, don Manuel Grajales obtuvo la asistencia de las autoridades locales del Reino de Chile para formar juntas de vacunación en localidades chilenas.
Soy Rafael A. Vilagut, un español y costarricense que nació en Venezuela en la década de los años sesentas, que ha visitado, trabajado, o hecho turismo en tantos países y territorios que no puedo recordar. Es un gusto que conozcas mi obra auto-publicada en Kindle Publishing, la empresa de Amazon y/o compartas mis artículos en las redes sociales, profesionales y académicas, y que dejes tus comentarios. San José de Costa Rica sábado once de febrero del año dos mil veintitrés.
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Carlos IV «el Cazador» rey de España padre del padre del padre del padre del padre del padre del padre del padre del padre del padre del padre del padre del padre del padre del padre del padre del padre del padre del padre del padre del padre del padre del padre del padre del padre del padre del padre del padre del padre del hijo del hijo de la hija del hijo de la hija del hijo de la hija del hijo el hijo del hijo de la hija de la hija de la hija de la hija de la hija de la hija de la hija del hijo del hijo del hijo del hijo del hijo del hijo del hijo del hijo de la hija de la hija el hijo de la hija es Rafael Alberto Vilagut-Vega.
Relaciones izquierda ancestros de Carlos IV «el Cazador» rey de España derecha Rafael Alberto Vilagut-Vega.
Nombres: Carlos IV «el Cazador» rey de España padre Carlos III «el Político» de Borbón padre Felipe V «el Animoso» de Borbón padre Luis de Francia padre Luis XIV «el Rey Sol» de Borbón padre Luis XIII el Justo de Borbón padre Enrique IV de Borbón padre Antonio de Borbón padre Carlos IV de Borbón-Vendôme padre Francisco I de Vendôme padre Juan VIII de Vendôme padre Luis Bourbon-La Marche padre Juan I de Borbón de La Marche padre Jaime I de Borbón de La Marche padre Luis I El cojo de Borbón padre Roberto de Clermont padre San Luis IX de Francia padre Luis VIII el León padre Felipe II Augusto padre Luis VII el Joven de Francia padre Luis VI le Gros de Francia padre Felipe I de Francia padre Enrique I de Francia padre Robert II le Pieux de Francia hija Adela de Francia hija Matilde de Flandes hijo Enrique I de Inglaterra Rey de Inglaterra hija Mathilde l`Emperesse de la mai hijo de Normandie hijo Rey Enrique II de Inglaterra hija Eleanor E.P. de Inglaterra Reina de Castilla hija Urraca de Castilla Reina de Portugal hijo Rey Afonso III de Borgoña Rey de Portugal e do Algarv hijo Martim Afonso Chichorro hija Maria Afonso Chichorro hija Maria Gonçalves Briteiros hijo Dom João Lourenço da Cunha hijo João Álvares da Cunha hijo Rui Afonso de Melo hijo Rui de Melo da Cuhna hijo Alférez Álvaro de Alfonso hija Isabel H. de Acuña y Berrio hija María Pereira Cardoso hija Juana Gómez hija Ana Gómez hija María De La Portilla hija Catalina Mora hija María Monterroso hijo Andrés Arias hijo Felipe Arias hijo José T. Arias hijo Luis Arias hijo Antonio Arias hijo José María Arias-Zumbado hijo Manuel Arias-Ugalde hija María Manuela Arias-Camacho hija Angélica Rodríguez-Arias hija Nydia M. Vega-Rodríguez hijo Rafael Alberto Vilagut-Vega.
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