¿Y si Costa Rica —y Centroamérica— hubieran elegido la excelencia en lugar de conformarse con la mediocridad? Este artículo propone un ejercicio serio y contrafactual para imaginar cómo sería hoy Costa Rica si, desde 2015, hubiera apostado por energía moderna, buena gobernanza y turismo de alto valor, siguiendo lecciones del caso Singapur. Los resultados son incómodos: un PIB per cápita que podría duplicar o triplicar el actual y un liderazgo regional real. No es nostalgia ni ideología, es responsabilidad histórica. La pregunta queda abierta para toda América Latina: ¿seguiremos administrando el pasado o nos atreveremos a construir el futuro?
¿Y si Centroamérica hubiera elegido la excelencia?
Costa Rica, Singapur y tres escenarios posibles para dejar de conformarnos con la mediocridad
La historia no se puede reescribir, pero sí se puede analizar con rigor.
Y a veces hacerlo duele… porque revela lo que pudo haber sido.
Este artículo propone un ejercicio serio —no ideológico— de reflexión económica y política, dirigido no solo a Costa Rica, sino a Centroamérica y América Latina, para imaginar tres escenarios contrafactuales de desarrollo si las decisiones estratégicas se hubieran tomado con visión de largo plazo, buena gobernanza y ejecución impecable.
El caso de referencia no es caprichoso: Singapur, un pequeño país sin recursos naturales relevantes, que tras su independencia decidió no conformarse con la mediocridad.
Costa Rica y Singapur: una comparación incómoda pero necesaria
En 2024, Costa Rica y Singapur tienen poblaciones similares, pero resultados económicos radicalmente distintos.
Datos de referencia (PPA, aproximados):
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Costa Rica (2024):
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Población: ~5,3 millones
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PIB per cápita (PPA): ~USD 27.000
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PIB total (PPA): ~USD 143.000 millones
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Singapur (2024):
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Población: ~5,7 millones
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PIB per cápita (PPA): ~USD 130.000
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PIB total (PPA): ~USD 750.000 millones
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Costa Rica ha crecido durante más de 70 años por encima del promedio mundial, con estabilidad democrática, universidades públicas y privadas de calidad y una imagen internacional positiva.
Y, sin embargo, la brecha con Singapur es abismal.
La pregunta incómoda es inevitable:
¿Por qué Costa Rica —y buena parte de América Latina— no dio el salto estructural hacia economías de alto valor agregado?
Gobernanza, decisiones fallidas y oportunidades perdidas
Hace más de 40 años, Papagayo fue concebido como el gran proyecto turístico de interés público del país. Hoy, el resultado es un desarrollo elitista, desconectado del tejido productivo nacional y envuelto en conflictos legales que se arrastran por décadas.
Hace apenas 10 años, Costa Rica estuvo cerca de modernizar su refinería en Moín, con tecnología más limpia y estándares internacionales. El proyecto fue cancelado tras una auditoría ampliamente cuestionada, en un contexto político e institucional que terminó bloqueando una decisión estratégica de largo plazo.
Cuando:
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los conflictos judiciales se eternizan por décadas,
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las decisiones técnicas se politizan,
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la inseguridad jurídica espanta inversión,
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y la corrupción erosiona la confianza,
el resultado no es solo menor crecimiento: es mediocridad estructural.
Un ejercicio contrafactual, pero serio
Al igual que en el ejercicio reciente sobre Venezuela, este artículo propone un análisis contrafactual riguroso:
¿qué habría pasado si Costa Rica hubiera tomado decisiones estratégicas distintas en 2015 y las hubiera ejecutado bien durante diez años?
El foco está en dos motores clave:
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Energía y refinación moderna, ambientalmente responsable.
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Turismo de calidad, seguro y bien integrado al desarrollo nacional.
Tres escenarios para una Costa Rica posible (2015–2025)
Escenario 1: Refinación limpia para el mercado interno + turismo sólido
Supuestos:
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Refinería moderna para suplir el mercado interno, reduciendo importaciones y costos energéticos.
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Seguridad jurídica y ciudadana suficientes para recibir 5 millones de turistas anuales.
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Crecimiento económico promedio: 7% real anual durante una década.
Resultados estimados en 2025:
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Población: ~5,9 millones
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PIB total (PPA): USD 240–260 mil millones
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PIB per cápita (PPA): USD 40.000–44.000
Lectura:
Costa Rica se consolida como economía de renta media-alta, con mayor productividad y empleo de calidad.
Escenario 2: Hub regional de refinación + turismo competitivo
Supuestos:
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Una o varias refinerías modernas para abastecer Centroamérica (~300.000 barriles diarios).
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Turismo de alto valor agregado con 6 millones de visitantes anuales.
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Crecimiento económico promedio: 9% real anual.
Resultados estimados en 2025:
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Población: ~6,3 millones
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PIB total (PPA): USD 350–380 mil millones
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PIB per cápita (PPA): USD 55.000–60.000
Lectura:
Costa Rica se convierte en líder económico regional, comparable con economías avanzadas emergentes.
Escenario 3: Costa Rica como el Singapur tropical
Supuestos:
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Mega refinerías, petroquímica e industrias de alto valor agregado.
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Turismo global diversificado con más de 7 millones de visitantes al año, incluidos asiáticos y europeos.
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Crecimiento económico promedio: 11% real anual.
Resultados estimados en 2025:
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Población: ~6,8 millones
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PIB total (PPA): USD 500–550 mil millones
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PIB per cápita (PPA): USD 75.000–80.000
Lectura:
Costa Rica se acerca al modelo de Singapur: pequeña, abierta, sofisticada y altamente productiva.
No es nostalgia, es responsabilidad
Este ejercicio no pretende idealizar el pasado ni ignorar los desafíos ambientales o sociales.
Pretende demostrar algo más incómodo:
La pobreza relativa y el rezago no son inevitables; son el resultado de decisiones.
Singapur no tenía más recursos que Costa Rica.
Tenía mejor gobernanza, visión estratégica y ejecución sin excusas.
Un llamado a Centroamérica y América Latina
Mi contribución como costarricense y como hispanoparlante es un llamado claro a candidatos, partidos políticos y tomadores de decisión en Costa Rica y la región:
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explotación responsable de recursos naturales,
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energía moderna y limpia,
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refinación, petroquímica e industria con valor agregado,
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turismo integrado al desarrollo nacional,
deben dejar de ser tabúes ideológicos y convertirse en políticas públicas bien diseñadas, con asesoría de los mejores técnicos nacionales e internacionales.
Reflexión final
El pasado no garantiza el futuro.
Si no se cuida el presente, ni el crecimiento ni la prosperidad están asegurados.
América Latina está llena de ejemplos de retroceso.
El caso más dramático y reciente es Venezuela.
Pensar escenarios no es un lujo intelectual.
Es una forma responsable de evitar repetir errores…
y de recordar que la mediocridad nunca fue un destino inevitable.
Feliz y Saludable domingo 28 de diciembre de 2025, San José de Costa Rica, rafaelvilagut@gmail.com web, linktr.ee/ravilagut

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