Narcoabogados, contactos en el Gobierno y la captura de Celso Gamboa: ¿Qué está ocurriendo en Costa Rica?
Por Rafael Vilagut Vega — Blog Feliz y Saludable
La reciente detención en Estados Unidos del exmagistrado, exfiscal y exministro costarricense Celso Gamboa Sánchez por cargos de narcotráfico internacional ha desatado un escándalo político de grandes proporciones en Costa Rica. Lo que comenzó como una operación encubierta de la DEA terminó exponiendo un entramado de posibles vínculos entre redes de narcotráfico y figuras de poder político y judicial del país.
Gamboa, quien ocupó cargos de alto perfil durante las últimas dos décadas, fue arrestado y está siendo solicitado en extradición por el estado de Texas. Según la documentación oficial, el exfuncionario habría ofrecido a miembros de una organización de tráfico de drogas (DTO) la posibilidad de introducir cargamentos de cocaína en el país "con garantías del 100 %", gracias a supuestos contactos gubernamentales.
Lo que revelan los informes
Un extracto publicado por el medio CRHoy, basado en el informe de la Agencia Antidrogas de EE. UU. (DEA), cita una conversación grabada entre Gamboa y dos informantes confidenciales (CS-1 y CS-2), en la que el abogado les aseguró que “el gobierno concede a la DTO el acceso para que los cargamentos de cocaína ingresen al país”.
La gravedad del asunto no solo radica en el contenido de estas declaraciones, sino en el momento en el que supuestamente se dieron: durante el año 2023, es decir, bajo la actual administración del presidente Rodrigo Chaves.
La reacción oficial: un silencio parcial
Consultado por la prensa, el presidente Chaves calificó el caso como “una vergüenza” y señaló que la detención de Gamboa debería preocupar a otros criminales. También destacó que, bajo su mandato, se logró aprobar una reforma constitucional que permite extraditar a costarricenses, como parte de su política de “mano dura” contra el crimen organizado.
Sin embargo, tanto el presidente como el ministro de Seguridad, Mario Zamora, evitaron referirse directamente a los supuestos contactos dentro del gobierno actual que Gamboa habría invocado. Zamora sí puntualizó que las rutas de droga operadas por Gamboa entre 2020 y 2022 fueron “cerradas” bajo esta administración.
No obstante, la omisión de cualquier mención a los hechos del 2023 —año en que supuestamente Gamboa afirmó tener contactos vigentes en el gobierno— ha generado preocupación e incertidumbre, incluso dentro de la Asamblea Legislativa.
Preguntas sin responder
El jefe de fracción del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Alejandro Pacheco, exigió por escrito al mandatario Chaves que aclare si Celso Gamboa ha ingresado a Casa Presidencial desde 2022, y en caso afirmativo, qué temas trató, con quién se reunió y por qué.
“Es importante aclarar eso, porque es un caso muy delicado para este país”, subrayó Pacheco, ante lo que considera una posible relación directa entre un narcoabogado y el Ejecutivo.
A pesar de la insistencia mediática y parlamentaria, ni la Presidencia ni el Ministerio de Seguridad han respondido con pruebas concretas que desmientan por completo las afirmaciones de Gamboa ante la DEA. Esto deja abierta la posibilidad de una grave infiltración del narcotráfico en el aparato estatal, algo que durante años se ha denunciado, pero pocas veces con pruebas tan directas.
Narcopolítica en Costa Rica: ¿la nueva normalidad?
El caso de Gamboa no es aislado. En los últimos años, Costa Rica ha pasado de ser un país de tránsito de drogas a convertirse en territorio estratégico para operaciones logísticas del narcotráfico internacional. Con el incremento del uso de contenedores en puertos como Moín y Caldera, y la expansión de estructuras narcoempresariales en Guanacaste, Limón y la Zona Sur, la penetración del crimen organizado es un fenómeno creciente.
Submarinos, avionetas, vehículos blindados, empresas fachada y redes de abogados —como en este caso— son parte de los nuevos métodos usados para garantizar el trasiego de drogas hacia Norteamérica y Europa.
Mientras tanto, la DEA aumenta su presencia operativa en Centroamérica y las relaciones bilaterales con EE. UU. se tensan. En su reciente visita a Costa Rica, la secretaria de Seguridad de Estados Unidos, Kristi Noem, felicitó a Chaves por su compromiso con la lucha antidrogas y celebró la promesa de escanear el 100 % de los cargamentos antes de que termine el 2025. Noem reconoció que Costa Rica sigue siendo un punto de paso para cargamentos peligrosos.
¿Qué sigue?
Con la extradición de Celso Gamboa en trámite, el gobierno costarricense enfrenta un reto doble: limpiar su imagen y restaurar la confianza ciudadana. Pero esto solo será posible si se investigan a fondo las denuncias, se aclaran los posibles nexos con funcionarios en ejercicio y se garantizan juicios transparentes, tanto dentro como fuera del país.
La pregunta que queda en el aire es: ¿Hasta qué nivel han llegado los tentáculos del narcotráfico en Costa Rica? Y, sobre todo, ¿cuántos más como Celso Gamboa están aún operando bajo la sombra de la impunidad?
Feliz y Saludable miércoles 25 de junio de 2025, San José de Costa Rica, por Rafael A. Vilagut Vega, rafaelvilagut@gmail.com
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