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Primero invierte, luego consume: Cómo tener un auto sin descapitalizarte
¿Sabías que muchas veces perdemos dinero simplemente por hacer las cosas en el orden equivocado? Hoy quiero compartir contigo una lección financiera poderosa que nos dejó Richard Jim en su charla titulada: “¿Cómo comprar un auto sin descapitalizarte?”. Muy parecida al concepto de mi último libro El Diezmo Invertido, primero invierte y luego dona.
La mayoría de las personas hace esto: ahorra durante años para comprarse un carro nuevo, lo paga al contado o se endeuda, y luego empieza a lidiar con todos los gastos que eso conlleva: seguros, mantenimientos, impuestos, reparaciones, depreciación... Y en cinco años, ese vehículo vale muchísimo menos o incluso ya no sirve.
Pero ¿y si cambiamos el orden?
La propuesta: primero invierte, luego consume
Imaginemos que quieres cambiar tu auto y estás pensando en gastar unos $30,000 USD. En lugar de comprarlo directamente o meterte en una deuda, ¿por qué no inviertes ese dinero primero y usas los ingresos que te genera para pagar un auto en renting o leasing?
Así fue como Richard lo hizo. En 2015, se compró un auto de alta gama —un Mercedes Benz— que le costó aproximadamente $40,000 USD. Durante cinco años registró todos los gastos asociados: seguro full cobertura, mantenimientos, impuestos, neumáticos, reparaciones... Al final, el costo total fue de $49,000 USD, y al venderlo, apenas recuperó $16,000 USD.
La pérdida neta fue de $33,000 USD en cinco años, es decir, alrededor de $550 USD mensuales.
¿Y si mejor inviertes esos $40,000 USD?
Richard se planteó un nuevo enfoque: invertir esos $40,000 USD en instrumentos financieros que paguen ingresos mensuales, como fondos de alto dividendo. Con una rentabilidad anual promedio del 11.24%, esos $40,000 USD le generaban cerca de $374 USD al mes.
Después de impuestos (suponiendo una tasa del 19%), el ingreso neto mensual quedaba en $303 USD, suficiente para cubrir más de la mitad del valor de una cuota mensual de renting o leasing de un auto similar (unos $575 USD/mes).
¿El resultado? Solo tuvo que poner de su bolsillo $271 USD mensuales, y no perdió el capital inicial: los $40,000 seguían invertidos.
¿Cuál es la clave?
Cambiar el orden de las decisiones financieras: primero invierte, luego consume. Justo lo que explico en mi último ebook 2024 en varias lenguas.
¿Y cómo logró esa rentabilidad?
Aquí es donde se pone interesante: Richard invirtió en fondos cerrados de inversión de alto dividendo, conocidos en inglés como Closed-End Funds (CEFs), muy populares en Estados Unidos pero todavía poco conocidos en América Latina.
A diferencia de los fondos tradicionales o los ETFs, estos fondos están diseñados para generar flujo de caja recurrente, es decir, ingresos mensuales para el inversionista.
¿Qué son los CEFs?
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Emiten un número fijo de participaciones en una oferta pública inicial (OPI).
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Luego se compran y venden en el mercado secundario, como las acciones.
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Como no hay rescates forzosos, el gestor puede mantener sus inversiones a largo plazo, lo que da mayor estabilidad.
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Muchos CEFs reparten dividendos mensualmente, con rentabilidades que pueden superar el 11% anual, en sectores como bonos corporativos, utilities, bienes raíces o renta fija.
Además, al igual que los REITs (Fondos de Inversión Inmobiliaria), muchos de estos fondos están obligados a distribuir al menos el 90% de sus ingresos a los accionistas. Por eso, su objetivo no es la apreciación del capital, sino el flujo constante de dinero.
¿Y qué pasa con el capital?
Es cierto que este tipo de inversión está orientada más al flujo de efectivo que al crecimiento del capital. Si inviertes $30,000 USD hoy, es probable que en 15 años tengas una cantidad similar —a menos que reinviertas parte de los dividendos o revendas el fondo a un mejor precio en el mercado secundario.
Pero si tu prioridad es tener ingresos mensuales para financiar gastos como un auto, la educación de tus hijos, o incluso tu jubilación, esta estrategia puede ser mucho más inteligente que simplemente gastar el capital y quedarse sin nada al final.
Reflexión final
El mensaje es claro: si cambias el orden de tus decisiones financieras, puedes vivir mejor, gastar menos y construir un futuro más sólido. Aplica a la adquisición de tu automóvil, casa, o donación filantrópica. Te ayudo con tus finanzas, solicite su Análisis de Necesidades Financieras, de cortesía, personal y confidencial.
Invierte primero, disfruta después.
Tu yo del futuro te lo agradecerá.
Feliz y Saludable domingo 8 de junio de 2025, San José de Costa Rica por Rafael A. Vilagut, rafaelvilagut@gmail.com
Video, Primero invierte, luego consume: Cómo tener un auto sin descapitalizarte, https://youtu.be/99xT-NLSqig

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