Cotizamos la seguridad social para cobrar una pensión desconocida en el futuro: ¿quién tiene el poder económico, los baby boomers o los millennials?
Por Rafael Vilagut Vega
En pleno 2025, millones de personas alrededor del mundo —y particularmente en América Latina— seguimos cotizando religiosamente a los sistemas de seguridad social, creyendo que algún día, en un futuro incierto, recibiremos una pensión digna. Sin embargo, lo que nadie nos dice con claridad es que estamos participando en un sistema que ya no se sostiene, y que pone en jaque a las futuras generaciones.
El video titulado "Estamos sentados sobre una bomba intergeneracional y nadie hace nada por evitar que explote" explica con claridad, datos y contundencia cómo los actuales sistemas de pensiones están diseñados para beneficiar a quienes ya están jubilados o están por jubilarse, mientras que los más jóvenes aportan sin ninguna garantía de recibir algo similar.
Baby boomers vs. millennials: ¿quién tiene el poder económico?
La pregunta no es trivial. Los baby boomers (nacidos entre 1946 y 1964) son la generación que acaparó la bonanza del crecimiento económico posterior a la Segunda Guerra Mundial. Propietarios de la mayoría de bienes raíces, con pensiones públicas generosas, subsidios y sistemas de salud accesibles, acumularon riqueza en una época donde la educación era casi gratuita y los salarios crecían con la inflación.
Los millennials (nacidos entre 1981 y 1996), en cambio, enfrentan salarios estancados, vivienda inaccesible, trabajo precario y una deuda educativa creciente. En países como Costa Rica, Europa o EE.UU., esta generación financia con sus impuestos y cotizaciones las pensiones de los jubilados actuales, mientras sabe que probablemente no recibirá ni una fracción de ese mismo beneficio en el futuro.
Según múltiples estudios y reportes financieros, los baby boomers poseen más del 50% de los activos inmobiliarios y financieros del mundo, mientras que los millennials apenas acceden a una mínima parte de esta riqueza, y en muchos casos solo mediante herencia.
Propiedades, ahorros e inversiones: el gran desequilibrio
El acceso a la propiedad ha sido uno de los principales mecanismos de acumulación de riqueza intergeneracional. Sin embargo, hoy, una casa es hasta 10 veces más cara en relación al salario medio que hace 40 años. Comprar un inmueble sin ayuda familiar es casi imposible en muchas ciudades. Y mientras tanto, las pensiones privadas y públicas siguen tambaleando.
Los baby boomers, gracias a los beneficios acumulados, han logrado invertir en bienes raíces, bonos, acciones y hasta en empresas. Los millennials, por su parte, se debaten entre sobrevivir mes a mes o, en el mejor de los casos, aprender a invertir en plataformas digitales, criptomonedas o bienes alternativos para no quedarse atrás.
Pero, ¿cuál es la realidad? A pesar de ser más numerosos, más educados y más conectados, los millennials no tienen poder político ni económico real. Son víctimas de un sistema diseñado por y para sus padres y abuelos.
Una bomba intergeneracional a punto de estallar
El sistema de pensiones se diseñó para una sociedad joven, en crecimiento, con muchos trabajadores activos y pocos jubilados. Hoy vivimos lo contrario: una sociedad envejecida, con pocos jóvenes y muchos adultos mayores, viviendo más años y exigiendo más servicios. Este desequilibrio ha convertido al sistema en una bomba de tiempo que ningún gobierno quiere desactivar por razones electorales.
La pasividad institucional y política es alarmante. Nadie se atreve a reformar el sistema porque implicaría pedir sacrificios a los jubilados actuales o a los que están por jubilarse, lo cual es impopular. Pero sin una reforma, el colapso es inevitable.
¿Qué podemos hacer?
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Informarnos y exigir transparencia: ¿En qué se invierten nuestras cotizaciones? ¿Qué retorno real podemos esperar?
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Diversificar nuestras inversiones personales: No depender únicamente de la pensión. Buscar alternativas: ahorro, fondos de inversión, bienes raíces, etc.
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Replantear el contrato social: Necesitamos un nuevo pacto intergeneracional más justo y sostenible.
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Educar a la población en finanzas personales y economía básica: Para que no sigamos votando por quienes hipotecan nuestro futuro.
Hoy cotizamos a ciegas, esperando una pensión que tal vez nunca llegue. Mientras tanto, el poder económico sigue en manos de una generación que no parece dispuesta a cederlo fácilmente.
¿Estamos condenados a ser la generación que paga por todo y no recibe nada?
La respuesta no está escrita aún, pero si no actuamos pronto, el estallido será inevitable. Mientras tanto Bitcoin supera a Amazon y Google en capitalización de mercado.
Feliz y Saludable miércoles 28 de mayo de 2025, rafaelvilagut@gmail.com
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