🇧🇷 Brasil da el ejemplo: “No voy a humillarme ante Trump”
América Latina frente a la geopolítica arancelaria de Estados Unidos
“No voy a humillarme ante Trump” —con esta frase directa, firme y digna, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva trazó una línea roja que debería servir de ejemplo a toda América Latina. No se trata solo de un gesto retórico, sino de un acto de soberanía frente a una práctica que Estados Unidos ha convertido en costumbre: utilizar los aranceles no como instrumento económico, sino como arma de presión geopolítica.
Desde hace décadas, y especialmente desde que Donald Trump se hizo notar en el mundo de los negocios en Nueva York, su estilo ha sido el de imponer, exigir y castigar. Él mismo lo ha dicho con un lenguaje vulgar pero revelador: “se bajaron los pantalones” o “me están pidiendo cacao” —frases que retratan el modo en que ve a sus aliados y competidores: no como socios comerciales, sino como subordinados a sus deseos.
En esa lógica, los aranceles se convierten en castigos que EEUU impone cuando no logra someter a otros países a sus condiciones. Lo vimos con China, lo vivimos en América Latina, y ahora lo vemos con Brasil. Trump amenaza con imponer tarifas simplemente porque no se hace lo que él quiere. Ya no se trata de una guerra comercial en términos clásicos, sino de una política exterior basada en la intimidación económica.
Pero esta estrategia tiene consecuencias. Y no solo para los países que enfrentan la presión arancelaria, sino para el propio pueblo estadounidense. ¿Quién paga los platos rotos? El ciudadano común, que termina enfrentando precios más altos por bienes importados, menos variedad, y la inflación como castigo indirecto de decisiones políticas tomadas desde la Casa Blanca o desde Mar-a-Lago.
Además, en un mundo globalizado, ningún país está obligado a depender de un socio agresivo e impredecible. Brasil, China, India, Sudáfrica, México y otros países están buscando nuevos mercados y alianzas. Estados Unidos dejó de ser, poco a poco, un socio confiable. Esa es la mayor pérdida que puede tener una potencia: la pérdida de confianza.
En América Latina, muchos países han sido históricamente dependientes de la economía estadounidense. Pero ejemplos como el de Lula muestran que es posible decir “no” cuando la dignidad nacional está en juego. No se trata de romper relaciones, sino de establecerlas sobre una base de respeto mutuo y no de humillación.
Hoy más que nunca, la región necesita líderes que no se arrodillen, que no acepten “bajarse los pantalones” ni “pedir cacao” ante amenazas. Necesitamos estadistas que entiendan que el verdadero poder está en la soberanía, en la capacidad de decidir sin miedo, y en la habilidad de buscar nuevos caminos cuando las rutas tradicionales se tornan tóxicas.
Video, BRASIL | Lula da Silva: ¨No voy a humillarme ante Trump¨, https://youtu.be/9axXYL50_AE?si=2pZaoQyoMcu3JW_o
Feliz y Saludable miércoles 6 de agosto de 2025, Rafael Vilagut editor, rafaelvilagut@gmail.com
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