Trump celebra la Marina con fuego real en el Caribe
Este fin de semana, durante un acto conmemorativo por los 250 años de la Marina de los Estados Unidos, el presidente Donald Trump afirmó que el ejército estadounidense había atacado una sexta embarcación sospechosa de narcotráfico en el mar Caribe. La declaración se produce en el marco de una escalada militar marítima contra rutas de drogas, que Estados Unidos presenta como parte de una estrategia de “guerra contra los cárteles”. En este artículo revisamos lo que se sabe hasta ahora: el contexto del aniversario naval, los ataques recientes, las declaraciones oficiales y las implicaciones legales y geopolíticas.
El escenario: aniversario, despliegue naval y discurso político
El acto fue organizado en Norfolk, Virginia, con motivo del 250° aniversario de la Marina de EE. UU.. A pesar del cierre parcial del gobierno federal (shutdown), Trump protagonizó una ceremonia con toques de mitin político: discursos patrióticos, demostraciones navales y críticas a los demócratas por la crisis presupuestaria.
Fue en ese contexto simbólico que Trump anunció el más reciente ataque marítimo. Según su relato, “la Marina ha sido un apoyo en nuestra misión para explotar a los terroristas del cartel … ya no hay botes en el agua, no puedo encontrar ninguno”.
Su mensaje empalma dos ejes estratégicos: reforzar la imagen de fuerza militar naval y exhibir acciones contra el narcotráfico como parte de su política de seguridad nacional.
Los ataques marítimos: ¿una campaña sostenida?
Serie de operaciones reconocidas públicamente
Desde septiembre de 2025 Estados Unidos ha reconocido varios ataques a embarcaciones en aguas del Caribe, atribuyéndolos al combate contra rutas de narcotráfico:
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El 2 de septiembre, un ataque aéreo/hidráulico destruyó una lancha rápida proveniente de Venezuela, con saldo de 11 muertos según EE. UU. y vinculada al grupo Tren de Aragua.
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En días posteriores, se comunicaron otros ataques con muertos, todos atribuidos por la administración Trump a embarcaciones narcotraficantes.
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Ahora, con esta sexta lancha –de acuerdo con el mismo Trump– se refuerza la narrativa de una campaña sostenida.
El gobierno de EE. UU., por boca del Secretario de Defensa (Pete Hegseth), ha afirmado que esos ataques se enmarcan en un “conflicto armado no internacional” contra cárteles designados como terroristas.
Incertidumbres y preguntas abiertas
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No siempre se han presentado pruebas públicas contundentes de la carga de droga o armamento en las embarcaciones destruidas.
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En algunos casos, críticos han cuestionado la legalidad de acciones militares autónomas en alta mar sin autorización explícita del Congreso.
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Hay dudas sobre cómo se determina qué embarcaciones son objetivos válidos, y cómo se garantiza la selección de objetivos y la proporcionalidad del uso de la fuerza.
Declaraciones clave y retórica oficial
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Trump ha enfatizado que cada lancha atacada llevaba “droga suficiente para matar entre 25.000 y 50.000 personas”.
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Además, ha dicho que si los traficantes abandonan el mar, “mirarán por tierra” y allí tampoco les irá bien.
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En su discurso naval, criticó el shutdown, prometió que los marinos recibirían su pago y aprovechó para reforzar su narrativa de “fortalecer la Armada”.
Implicaciones legales, diplomáticas y geopolíticas
¿Es legal atacar embarcaciones en el mar?
La escalada plantea desafíos jurídicos:
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Según derecho internacional, atacar barcos en alta mar requiere criterios estrictos de justificación (autorización, proporcionalidad, objetivos legítimos).
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La administración Trump ha intentado legitimar estas acciones invocando una doctrina de “conflicto armado contra cárteles designados como terrorismo”.
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Organismos internacionales y algunas naciones han cuestionado que estas acciones puedan ser extrajudiciales sin debido proceso.
Tensión con Venezuela
Venezuela ha condenado estos ataques, denunciando violaciones a su soberanía.
El gobierno de Nicolás Maduro ha criticado los sobrevuelo de aviones de combate en límites de su espacio marítimo.
Además, estos hechos caen en un contexto de crisis bilateral creciente entre EE. UU. y Venezuela en 2025.
Efecto disuasivo o escalada
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La administración espera que el uso de fuego letal disuada el tráfico marítimo de drogas y financie una narrativa de acción contundente.
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Pero hay riesgo de escalamiento: represalias, escalada militar, reconfiguración de rutas por tierra, y críticas diplomáticas que pueden afectar alianzas regionales.
Fuerza naval, riesgo jurídico y un mensaje fuerte
El anuncio de Trump de una sexta lancha atacada no es un hecho aislado: es parte de una campaña deliberada de mostrar una postura militar agresiva contra el narcotráfico marítimo, alineada con su narrativa de liderazgo fuerte.
Sin embargo, el uso de fuerza en alta mar genera interrogantes legales y éticos. Además, en América Latina este tipo de operaciones puede encender tensiones diplomáticas, especialmente con Venezuela.
El 250° aniversario de la Marina pudo haber sido un acto simbólico de celebración, pero Trump lo convirtió en escenario de anuncio de intervención militar. El mensaje está claro: “la Armada está lista y dispuesta”. Resta ver si esa estrategia cala o se rebota.
El dictador está desesperado
Mientras ocurren estos ataques marítimos en el Caribe, el régimen de Nicolás Maduro ha respondido con una estrategia diplomática poco usual: ha pedido apoyo al Vaticano. Según El Nacional, Maduro envió una carta al papa León XIV solicitando un “apoyo especial” para “consolidar la paz en Venezuela”, dentro del marco de lo que considera una “amenaza” por el despliegue militar de Estados Unidos en aguas caribeñas. El canciller venezolano, Yván Gil, indicó que el embajador venezolano ante la Santa Sede entregó la misiva al secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin. Hasta ahora el Vaticano no se ha pronunciado. Este gesto complementa una estrategia política de Maduro que busca proyectar legitimidad internacional frente a lo que denomina agresión extranjera.
Entramos en "fase dos", según analista latinoamericano
Jaime Bayly comentó el anuncio del presidente Trump sobre una posible "fase dos" con respecto a Venezuela. Bayly especula que la "fase uno" fue el hundimiento de lanchas de cocaína y la muerte de 21 ocupantes. Él insiste en que esta acción es insuficiente y que la fase dos debería implicar endurecer los ataques para derribar a la dictadura. Bayly teme que Trump elija la opción menos arriesgada: lanzar drones contra objetivos del Cártel de los Soles, como pistas clandestinas, sin tocar a los líderes Maduro, Cabello y Padrino. Si esto sucede, advierte que la dictadura declarará la victoria.
Además, crítica que el senador Marco Rubio no revele la identidad de los narcotraficantes muertos. Bayly sostiene que, incluso en una invasión a gran escala (que él apoya, aunque cree que no ocurrirá), los enemigos (incluidos los líderes) que quieran rendirse deben ser tomados como prisioneros. Bayly deploró nuevamente el fallo de la Corte Suprema (con mayoría conservadora) que refrenda la decisión de Trump de dejar a 300,000 venezolanos sin el TPS (Estatus de Protección Temporal). Los venezolanos, que huyeron de la dictadura y trabajan honradamente, quedan ahora sin protección legal. Bayly considera esto una "barbaridad" y una "injusticia".
Domingo 5 de octubre de 2025, por Rafael Vilagut, Analista, Estratega Financiero y de Viajes. San José de Costa Rica, Feliz y Saludable inicio de semana, quedan 87 días para culminar el año.
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