Un día para la santidad universal
El domingo 19 de octubre de 2025 marcará un hito significativo para la Iglesia católica: durante la Santa Misa presidida por Papa León XIV en la Plaza de San Pedro, serán proclamados santos siete beatos provenientes de muy diversos contextos geográficos, culturales y de estado de vida.
Este hecho reviste gran importancia para la Iglesia por múltiples razones:
-
Es una celebración de la universalidad de la llamada a la santidad: no sólo religiosos o consagrados, sino también laicos, misioneros, mártires, hombres y mujeres de distintas latitudes.
-
Refuerza la convicción de que la santidad no está reservada para una élite, sino que se da “en medio del mundo”, en lo cotidiano, en la misión, en el servicio.
-
Es ocasión para renovar la esperanza, para que los fieles vean en esos hombres y mujeres un modelo cercano y actual de vida cristiana.
-
Marca también reconocimientos particulares que tienen proyección local y global, lo que lo convierte en un momento histórico.
¿Quiénes son los nuevos santos?
Aquí la lista de los nuevos santos que serán proclamados ese día, con su país o región de origen, y una breve nota de su vida para entender su significado.
| Nombre | País / Región de origen | Breve perfil |
|---|---|---|
| José Gregorio Hernández Cisneros | Venezuela (Isnotú, estado Trujillo) | Médico conocido como “el médico de los pobres”. Nació en 1864, murió en 1919 cuando salía a comprar medicina para una anciana sin recursos. Su vida une ciencia y fe, y deja un modelo de servicio comprometido al bienestar de los más vulnerables. |
| María del Monte Carmelo Rendiles Martínez (también “Madre Carmen Rendiles”) | Venezuela (Caracas) | Religiosa venezolana, fundadora de la Congregación de las Siervas de Jesús. Nació en 1903, falleció en 1977. Su canonización marca la aparición de los primeros santos venezolanos. |
| Peter To Rot | Papúa Nueva Guinea | Catequista laico nacido en 1912, que durante la ocupación japonesa durante la Segunda Guerra Mundial asumió responsabilidades en la ausencia de sacerdotes, defendió la fe, la familia y el matrimonio cristiano, y fue asesinado en 1945. |
| Ignacio Choukrallah Maloyan | Arzobispo católico armenio de Mardin, nacido en 1869. Fue martirizado en 1915 durante el genocidio armenio por negarse a abandonar su fe. Su canonización recuerda el testimonio de los mártires del siglo XX. | |
| Vicenta María Poloni | Italia | Nacida en 1802, fundadora del Instituto de las Hermanas de la Misericordia, se dedicó al servicio de los enfermos y marginados. Falleció en 1855. Su vida apunta al servicio misericordioso en la Iglesia. |
| María Troncatti | Italia (Brescia) | Religiosa salesiana nacida en 1883, enfermera de la Cruz Roja durante la Primera Guerra Mundial, misionera en Ecuador, trabajó por la reconciliación entre colonos e indígenas. |
| Bartolo Longo | Italia (Latiano, provincia de Brindisi) | Laico, abogado, ex-practicante del espiritismo que se convirtió al catolicismo, se dedicó a la difusión del Rosario y fundó el Santuario de la Virgen del Rosario en Pompeya. Su historia es notable por su conversión radical y su trabajo apostólico laico. |
¿Por qué es histórico este acto de canonización?
Si bien la Iglesia celebra canonizaciones regularmente, este caso reúne una serie de particularidades que lo hacen especialmente significativo:
-
Pluralidad geográfica y de estado de vida
Los nuevos santos provienen de Latinoamérica (Venezuela), Europa (Italia), Asia-Pacífico (Papúa Nueva Guinea), y Oriente Medio (Turquía/Armenia). Esto muestra la universalidad de la santidad en la Iglesia. Además, se incluyen religiosos, religiosas, laicos, mártires, y misioneros. Esta diversidad enfatiza que la llamada a la santidad es para todos y en todos los ámbitos (laico, sacerdotal, misionero). -
Primeros santos venezolanos
La canonización de José Gregorio Hernández y Madre Carmen Rendiles marca los primeros santos de Venezuela. Este hecho tiene un gran impacto para la Iglesia en ese país, tanto en lo espiritual como en lo cultural y pastoral. Vatican News -
Momento misionero y global
La fecha ha sido elegida en el contexto de la Jornada Mundial de las Misiones, lo que da un sabor misionero al evento, y subraya la dimensión evangelizadora de la santidad. Vatican News -
Reconocimiento del martirio moderno
La canonización de Ignacio Maloyan recuerda un episodio de persecución religiosa del siglo XX (el genocidio armenio) y sitúa su testimonio dentro del “siglo de los mártires”. Esto ayuda a la Iglesia a recordar que vivir la fe puede tener un coste también hoy, y que el testimonio del martirio sigue siendo vigencia real. -
La santidad en la vida de la ciencia, la salud, la misión y el servicio
En figuras como José Gregorio Hernández (médico), María Troncatti (enfermera-misionera), Bartolo Longo (laico y activista laico) se ve claramente que la santidad no necesita ser el rostro clásico del religioso contemplativo, sino que también se vive en la profesión, en el servicio, en la transformación de la sociedad. Esto envía un mensaje fuerte para los fieles: la santidad es posible en la vida cotidiana. -
Acción sin barreras culturales ni nacionales
El hecho de que los santos provengan de contextos tan diferentes implica que la Iglesia reconoce la santidad en todos los pueblos, culturas y naciones, lo cual puede fomentar una mayor comunión universal. También abre caminos para la evangelización regional, ya que los fieles pueden reconocer más fácilmente “uno de los suyos”.
Implicaciones pastorales para la Iglesia
La canonización de estos siete nuevos santos ofrece varias implicaciones para la vida de la Iglesia y para los creyentes:
-
Inspiración para la vida cristiana: los santos son modelos concretos. En el caso de hoy, se destaca el servicio a los enfermos, la defensa de la fe en contextos adversos, la misión entre los pueblos, la santidad laical.
-
Revitalización del sentido misionero: al celebrarse en la Jornada Mundial de las Misiones, se refuerza el apremio a evangelizar, a llevar el evangelio a los confines de la tierra, a reconocer la misión como alma de la Iglesia.
-
Fortalecimiento de la identidad local y universal: países como Venezuela reciben un gran impulso al ver reconocidos santos propios; al mismo tiempo, el evento muestra que somos parte de una Iglesia global.
-
Reconocimiento de la santidad en la vida normal: en profesiones, en la familia, en la salud, en la acción social. Esto puede motivar a los fieles a ver su vocación como camino de santidad.
-
Llamada a la comunión y al servicio fraterno: los santos canonizados vivieron para los demás, por lo que su elevación a los altares impulsa la caridad, el servicio, la fraternidad.
-
Memoria del martirio y de las persecuciones: en tiempos donde muchas veces la fe es silenciada o perseguida, el testimonio de Ignacio Maloyan y otros mártires recuerda que el Señor cuenta con aquellos que “lo buscan hasta el fin”.
Un acto diferente… y una invitación
Lo que hace que esta canonización sea “diferente” o especialmente significativa no es sólo cuántos santos se elevan, sino cómo lo hacen: la combinación de laicos, religiosos, misioneros, médicos, mártires; la presencia de Santos de naciones no tradicionales para estas celebraciones (como Venezuela, Papúa Nueva Guinea); el contexto de misión; la universalidad de la Iglesia que se ve reflejada.
En este sentido, el 19 de octubre de 2025 no es simplemente otro día de canonización, sino un signo para la Iglesia contemporánea: la santidad es para todos, en todos los tiempos, en toda profesión, en todo rincón del mundo. Es una invitación a cada creyente a descubrir su vocación personal, a vivir la fe con generosidad, y a ser fermento de esperanza en la sociedad.
Conclusión
Para la Iglesia Católica, la canonización de los siete nuevos santos el 19 de octubre de 2025 representa un momento de gracia, de renovación, de testimonio vivo. Nos concentra en la llamada a la santidad que está dirigida a cada uno de nosotros. Nos recuerda que, como cuerpo de Cristo, estamos unidos más allá de fronteras, culturas y profesiones, y que la vida cristiana tiene su cúspide no en el éxito mundano, sino en la fidelidad al Evangelio, el servicio al hermano y el testimonio incluso hasta el martirio.
Este hecho histórico nos desafía a preguntarnos: ¿cómo estoy viviendo yo mi vocación cristiana? ¿De qué manera puedo imitar a estos nuevos santos en mi contexto? ¿Qué servicio puedo ofrecer, qué testimonio puedo dar? En la santidad de estos hombres y mujeres se nos muestra que sí es posible vivir con radicalidad el Evangelio y que sí podemos aspirar a la santidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario