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domingo, 26 de octubre de 2025

Turismo vs. Petróleo en Venezuela: ¿Cuál es el camino hacia 10 millones?

 


Turismo vs. Petróleo en Venezuela: ¿Cuál es el camino hacia 10 millones?

Por Rafael Vilagut Vega, San José de Costa Rica domingo 26 de octubre de 2025, rafaelvilagut@gmail.com

Introducción

La República Bolivariana de Venezuela es un país con dos industrias que parecen moldear su destino: la del turismo —con sus bellezas naturales, playas caribeñas, selvas y montañas—, y la del petróleo, con las reservas más amplias del mundo. Sin embargo, ambas han estado marcadas por crisis estructurales: caída de la producción, deterioro de infraestructura, decisiones políticas y sanciones internacionales.
Con un eventual cambio político —por ejemplo, el fin de la dictadura en Venezuela— la pregunta esencial es: ¿cuál industria podría llevar a Venezuela a un nuevo despegue económico? ¿Y con qué escala? En este artículo comparo dos objetivos ambiciosos:

  1. Llevar el turismo venezolano a 10 millones de visitantes al año.

  2. Llevar la producción petrolera venezolana a 10 millones de barriles diarios (b/d).
    Luego evalúo cuál es más factible, si pueden hacerse al mismo tiempo, y qué ventajas o desventajas tiene cada camino (o la combinación de ambos).

Contexto histórico

 

Turismo

Según fuentes independientes, Venezuela registró alrededor de 429.000 visitantes internacionales en 2017.  Más recientemente, el gobierno venezolano reportó que en 2023 hubo 1,25 millones de visitantes extranjeros.  Sin embargo, el dato oficial debe tomarse con cautela por la transparencia limitada.
La contribución del turismo a las economías internacionales suele implicar varias infraestructuras de soporte: transporte, alojamiento, servicios básicos, seguridad, marketing internacional. En Venezuela el sector ha sido golpeado por crisis económicas, deterioro institucional, y caída del ingreso turístico —por ejemplo, los ingresos por turismo caían de ~US$900 millones en 2014 a ~US$546 millones en 2016.

Petróleo

Venezuela posee vastas reservas probadas de petróleo pesado; según la Wikipedia, más de 300 mil millones de barriles.  Sin embargo, la producción actual está restringida: según CEIC, en enero 2025 la producción era de ~892.000 b/d.  La International Energy Agency (IEA) señala que el declive persistente ha llevado la producción a ~735.000 b/d en septiembre 2023. Esta caída ha sido resultado de falta de inversión, sanciones, deterioro de infraestructura, reducción de personal técnico, problemas de diluente para petróleo pesado, entre otros.  Algunas fuentes indican una leve recuperación a 900.000 b/d.

Metodología y supuestos

Para realizar las estimaciones comparativas se adoptan los siguientes supuestos —claro está, estas no son predicciones precisas sino escenarios de análisis con datos transparentes:

Turismo a 10 millones visitantes/año

  • Estimación de llegadas objetivo: 10.000.000 visitantes/año.

  • Estancia promedio: 7 noches por visitante (una media razonable para turismo internacional de sol/selva montañas).

  • Noches turísticas totales = 10.000.000 × 7 = 70.000.000 noches/año.

  • Ocupación media de habitaciones: 60 % anual.

  • Personas por habitación: 2 (visitantes que comparten habitación).

  • Noche/habitación disponible por año = 365 días × 0.60 = 219 noches/habitación/año.

  • Habitaciones necesarias = 70.000.000 noches ÷ 219 ≈ 319 000 habitaciones.

  • Costo construcción por habitación: rango $150.000 – $300.000.

  • Infraestructura complementaria (aeropuertos, carreteras, servicios públicos, marketing) se estima adicional.

  • Resultado estimado de inversión: entre US$50 mil millones y US$150 mil millones (hotelería + infraestructuras + servicios) para alcanzar ese nivel de visitantes, con variabilidad según categoría, tiempo de ejecución y sector privado.

Petróleo a 10 millones b/d

  • Punto de partida producción actual ~0.9 millones b/d.

  • Objetivo: 10.000.000 b/d → aumento de ~9.1 millones b/d.

  • Inversión por cada +1 millón b/d estimada globalmente ~$80 – 150 mil millones.

  • Así, para +9.1 millones b/d → inversión estimada ~US$700 mil millones a US$1.4 billones (o más) dependiendo de tipo de crudo, infraestructura necesaria, diluyentes, refinerías, exportación, logística.

  • Tiempo de ejecución: varias décadas.

  • Consideraciones adicionales: rehabilitación de campos, refinerías, terminales, sanciones, capacitación técnica, necesidad de socios extranjeros, mercados globales cambiantes.

Resultados numéricos y comparativos

Turismo

  • Habitaciones necesarias: ~319 000.

  • Inversión estimada hotelera: ~US$48 – 96 mil millones.

  • Infraestructura complementaria: quizá +US$5 – 60 mil millones.

  • Total estimado: US$50 – 150 mil millones para llevar a 10 millones de visitantes/año.

Petróleo

  • Producción actual: ~0.9 M b/d.

  • Objetivo: 10 M b/d → incremento ~9.1 M b/d.

  • Inversión estimada: US$700 mil millones a US$1.4+ billones.

  • Tiempo: varias décadas.

Factibilidad comparada

  • Turismo: requiere menor capital, puede generar resultados visibles en medio-plazo (5-10 años) si existen reformas, inversiones y estabilidad.

  • Petróleo: capital muy alto, tiempo muy largo, mayor riesgo geopolítico y de mercado.

  • Conclusión: turismo es claramente más factible como camino prioritario.

¿Se pueden hacer al mismo tiempo?

Sí, pero con fases distintas. Un país emergente debe priorizar lo que puede movilizar más rápido (turismo), mientras lanza un ambicioso pero más prolongado programa petrolero. Intentar ambos a gran escala simultáneamente podría sobrecargar las finanzas, la gobernanza y generar concentración de recursos en el petróleo en lugar de diversificación.

Ventajas y desventajas

Opción 1 – Priorizar turismo

Ventajas

  • Inversión menor, retorno más rápido.

  • Generación de empleo diversificado (hotelero, transporte, servicios).

  • Divisas extranjeras, visibilidad internacional, fortalecimiento de marca país.

  • Menor dependencia de precios internacionales de commodities.
    Desventajas

  • Alta competencia regional (Caribe, Centroamérica), ver episodio De los 7 a 26 millones:  la nueva era del turismo en América Central (2011-2025) en este mismo espacio.

  • Necesita mejoras en infraestructura, servicios públicos, seguridad, promoción.

  • Depende de percepción internacional y de estabilidad política.

Opción 2 – Priorizar petróleo

Ventajas

  • Aprovechamiento de reservas existentes y de la cercanía del mercado EE.UU.

  • Potencial de altos ingresos fiscales una vez operativa.


    Desventajas

  • Necesita inversiones masivas, tiempo largo.

  • Riesgo de concentración, poco empleo comparativo por dólar invertido.

  • Mercado global de energía cambia (transición energética), mayor vulnerabilidad geopolítica y sanciones.

  • Deterioro técnico e institucional actual en el sector venezolano hace de la recuperación un reto mayúsculo.

Opción 3 – Ambos caminos combinados

Ventajas

  • Diversificación de la economía: usar los ingresos petroleros a mediano plazo para financiar infraestructura turística.

  • Modo más equilibrado de crecimiento, reduciendo vulnerabilidad a un solo sector.


    Desventajas

  • Requiere gobernanza fuerte, transparencia, políticas coherentes.

  • Alto riesgo de endeudamiento o de que el petróleo acapare recursos en detrimento del turismo u otros sectores.

Supuestos considerados 

  • Los números son estimaciones basadas en supuestos y rangos globales, no promesas de inversión.

  • La importancia de reformas institucionales: seguridad jurídica, promoción del turismo, inversión privada, transparencia, alianzas público-privadas.

  • El papel clave del “cambio político”: la caída de la dictadura abriría posibilidades para reformas, inversión extranjera y reintegración internacional.

  • Venezuela debe ver el turismo no solo como sector auxiliar sino como pilar estratégico inmediato, mientras prepara el terreno petrolero para el largo plazo.

Mi recomendación como experto de la energía, finanzas y turismo

Aunque Venezuela tiene un enorme potencial tanto en turismo como en petróleo, en el escenario de un cambio político profundo la vía más realista, rápida y de menor riesgo para obtener resultados tangibles a mediano plazo es la del turismo. Transformar la industria turística para alcanzar 10 millones de visitantes al año es ambicioso, pero está al alcance con la combinación adecuada de inversión, reformas e imagen internacional, como lo hizo América Central de 7 a 26 millones (2011-2025). En cambio, alcanzar los 10 millones de barriles diarios de petróleo requeriría una transformación industrial de magnitud casi histórica, y su plazo, costo y riesgos son mucho mayores. Por tanto, la estrategia más prudente es priorizar turismo y al mismo tiempo planificar la recuperación petrolera como proyecto de largo aliento.

Reflexión final: el amanecer posible de una nueva Venezuela

Venezuela se encuentra en el umbral de una transformación histórica. Durante más de dos décadas, la dictadura del chavismo —sostenida por el llamado Cartel de los Soles y una compleja red de intereses militares, económicos y criminales— ha desangrado a un país que podría ser potencia tanto energética como turística. Pero los movimientos recientes en el tablero geopolítico y el premio Nobel de la Paz a María Corina Machado, apuntan a un cambio inevitable.

Estados Unidos, al reposicionar en el Caribe Sur a su buque insignia más poderoso —el USS George Washington, junto con unidades de la IV Flota— envía un mensaje inequívoco: el hemisferio occidental vuelve a ser prioritario. La Casa Blanca y sus aliados europeos ya no pueden permitirse un narcoestado con acceso a las mayores reservas petroleras del planeta ni un corredor logístico controlado por el crimen organizado en el norte de Sudamérica.

En este contexto, una transición política en Venezuela —ya sea negociada o impulsada por presión internacional— podría reconfigurar todo el mapa energético y turístico de la región. Un país libre, con seguridad jurídica y apertura económica, tendría los recursos para atraer inversiones masivas tanto en la industria petrolera como en el turismo, sectores que podrían complementarse y no competir entre sí: energía para reconstruir la infraestructura nacional y turismo para reanimar el tejido social y las economías locales.

El desafío no es técnico, sino ético y político: recuperar la institucionalidad, la confianza y el Estado de derecho. Solo entonces el turismo venezolano podrá pasar de cientos de miles a millones de visitantes, y su producción petrolera volverá a niveles que transformen la economía mundial.

En definitiva, la caída del régimen no solo abriría las puertas de la democracia, sino también las del renacimiento económico y moral de un país llamado a liderar el Caribe y Sudamérica. Como en toda encrucijada histórica, la pregunta no es si ocurrirá, sino cuándo y con qué visión de futuro lo hará.

Si te gustaron mis ideas, comparte en tus redes o deja tus comentarios, o ambos.  RAV.

 

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