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viernes, 15 de noviembre de 2019

Lo que nos enseña la historia sobre las crisis mundiales: interpretación de Ray Dalio y Rafa Vilagut.

El mundo se ha vuelto loco y el sistema está roto es tiempo para valorar nuevos proyectos innovadores y comprobados como el de inClubes los Caballitos de Mar e inCruises. ravilagut@incruises.com. Pregúntame cómo.


El 17 de setiembre de 2018, mencionamos a vuelo rasante el libro de Ray Dalio, Big Debt Crisis. Hoy viernes 15 de noviembre de 2019, en el episodio de Feliz y Saludable, ponemos a disposición de todo el mundo de habla hispana preocupado por sus finanzas personales, el escrito que el gurú Ray Dalio compartió a través de Linkedin el pasado 5 de noviembre.

"El mundo se ha vuelto loco y el sistema está roto. Digo estas cosas porque:  El dinero está siendo gratis para aquellos que son lo suficientemente solventes, ya que los inversores que se lo están dando, están dispuestos a recibir menos de lo que les prestan. Más específicamente, los inversores que dan préstamos a aquellos que son solventes, aceptan tipos de interés muy bajos o negativos no requiriendo el reembolsar su capital en el futuro cercano. Y hacen así porque tienen una enorme cantidad de dinero disponible para invertir que les ha llegado, y les sigue llegando, por el comportamiento de los bancos centrales que están comprando activos financieros en su inútil intento de hacer repuntar la actividad económica y la inflación.

La razón de esto es que el dinero que se está poniendo en manos de los inversores no impulsa el crecimiento y la inflación, porque los inversores lo que quieren es invertirlo más que gastarlo. Esta dinámica cerca los límites de lo que la política monetaria puede lograr y ha ocurrido en otros momentos de la historia, pero tan lejanos que nadie puede recordar, y que expliqué en mi libro Principios para navegar las grandes crisis de deuda.

Como resultado de esta dinámica, los precios de los activos financieros se han disparado y el retorno esperado en el futuro se ha reducido mientras que el crecimiento económico y la inflación permanecen bajos. Ese fuerte incremento de los precios y por tanto su esperado bajo retorno futuro, no sólo se aplica a la inversión en bonos, sino que aplica también a las acciones, el private equity y el capital riesgo, aunque la expectativa de bajo retorno de estos activos no sea tan evidente como lo es para los bonos porque las inversiones en renta variable y similares no ofrecen retornos declarados como sí ocurre con la renta fija. Como resultado de ello, la expectativa de esos retornos futuros queda a la imaginación de los inversores. Y como esos inversores tienen tanto dinero para invertir y además están influidos por las pasadas historias de éxito de las compañías tecnológicas que lo hicieron tan bien, se ha llegado a un punto récord no visto desde la burbuja tecnológica, de compañías sin beneficios o incluso sin expectativas claras de beneficios que sin embargo consiguen vender sueños de ganancias a aquellos inversores a los que le sobra al dinero y capacidad de endeudamiento.

Hay tanto dinero ahora mismo queriendo comprar esos sueños, que en algunos casos los inversores de capital riesgo están poniendo más dinero en nuevas empresas tecnológicas de lo que realmente ellas quieren y necesitan. Estos inversores amenazan con irse a la competencia si estas empresas no aceptan más de su dinero. Esta presión se entiende porque los gestores, especialmente en los sectores de capital riesgo y private equity, tienen una enorme cantidad de efectivo sin invertir que no pueden dejar aparcado si quieren cumplir con su mandato y poder cobrar sus comisiones.

Al mismo tiempo que todo esto, se están dando grandes déficits públicos y casi sin duda seguirán incrementándose sustancialmente con el tiempo, lo cual requerirá enormes cantidades más deuda que los Estados tendrán que vender. Y son tales cantidades, que no pueden ser absorbidas de forma natural sin que repunten los tipos de interés, justo en un momento en el que un incremento de esos tipos sería devastador para los mercados y las economías debido al fuerte apalancamiento actual. Entonces ¿de dónde vendrá todo ese dinero que tiene que comprar esos bonos para financiar los déficits?

Seguramente su origen sean los propios bancos centrales, que comprarán la deuda que se genere con nuevo dinero impreso. Toda esta dinámica, en el que la cordura se tira por la ventana, continuará y se acelerará, especialmente en los países y regiones que son moneda de reserva, como por ejemplo Estados Unidos, Europa o Japón (dólares, euros y yenes). Al mismo tiempo, los pagos para pensiones y gastos sanitarios seguirán creciendo mientras que muchos de los que tienen que pagar esas obligaciones no tendrán suficiente dinero para cumplirlas.

Ahora mismo, muchos de los fondos de pensiones que cuentan con inversiones que están pensadas para cumplir con esas obligaciones, asumen en sus cálculos unos retornos determinados y que han pactado con los reguladores. Esos cálculos suelen ser mayores (alrededor del 7%) de lo que la expectativa de retorno de los mercados puede ofrecer en estos momentos y de los que al final efectivamente produzca. Como resultado de ello, los que tienen la obligaciones de pagar dichas pensiones no tendrán suficiente efectivo para cumplir con sus obligaciones.

Y los receptores de esos pagos y obligaciones, típicamente son maestros y otros empleados públicos que ya están sufriendo a través de los recortes presupuestarios. Gente que improbablemente acepten estos recortes sin alzar su voz. Mientras que muchas de las obligaciones de los pensionistas están al menos parcialmente capitalizadas, casi todo el gasto sanitario se paga según van surgiendo dichas necesidades, y debido a los cambios demográficos, en las que cada vez hay menos cotizantes que tienen que mantener a una creciente población de jubilados que necesitan un mayor gasto médico, tampoco hay suficiente dinero para cumplir con estas obligaciones. Y como no hay suficiente dinero para cumplir con estos pagos, va a haber una guerra muy fea para determinar quién paga qué, ya sea (i) recortando los pagos de pensiones y sanidad, (ii) incrementando los impuestos y/o (iii) imprimiendo dinero. Esto va a hacer que se incremente la desigualdad de la riqueza.

Si bien ninguno de estos tres caminos es positivo, imprimir dinero es lo más fácil porque es la manera menos visible de transferir la riqueza y además hace que se incrementen los precios de los activos de riesgo. Después de todo, la deuda y otras obligaciones financieras que están denominadas en la cantidad de dinero que se debe, sólo requiere que se pague en dinero y como no hay límites en la cantidad de dinero que se puede imprimir, entonces esto hace que se convierta en el camino menos difícil de tomar.

El gran riesgo de tomar este camino, es que amenaza la viabilidad de que las tres mayores monedas de reserva sigan siendo instrumentos para preservar el poder adquisitivo. Al mismo tiempo, si los encargados de ello no monetizan estas obligaciones, entonces la guerra entre los que más y menos tienen sobre cuántos gastos deberían recortarse y cuántos impuestos han de subirse, solo irá a peor. Como resultado de ello, los capitalistas más prósperos tenderán a mudarse a lugares en los que estas diferencias y conflictos sean menos graves y los gobiernos que están perdiendo estos grandes pagadores de impuestos se esforzarán más por encontrar maneras en que no se escapen.

A la vez que el dinero es básicamente gratis para aquellos que ya tienen dinero y solvencia crediticia, el dinero se vuelve inaccesible para aquellos que no tienen dinero y carecen de solvencia, aumentando, aún más si cabe, la diferencia de riqueza, oportunidades y políticas entre ambos bandos. También contribuye a esta diferenciación los avances tecnológicos que hacen cada vez menos necesaria la mano de obra. Por eso este sistema capitalista no está funcionando para la mayoría y por eso digo que está roto.

Las circunstancias actuales son insostenibles y desde luego no se pueden tratar de la misma manera que se ha hecho desde la crisis en el año 2008. Es por esto que creo que el mundo se está acercando a un cambio de paradigma."

Ahora que se acerca un año nuevo es tiempo de reflexionar, sobre como estamos preparados para afrontar la crisis que han anunciado gurús como Ray Dalio y Marko Kolanovic de JP Morgan desde el 2018. Sobre el pensamiento de Dalio, además de releer su escrito reciente de Linkedin, les recomiendo escuchar la entrevista reciente que le hizo Patrick Bet-Davis en inglés de Valuetainment: Dalio predice próxima caída de la bolsa.


Este 2019 yo escribí tres libros digitales que explican la oportunidad de generar dinero extra de una forma ética y segura.  Así que tienes dos caminos para mantener o mejorar tu nivel de vida ante la crisis INMINENTE y GLOBAL probablemente en 2020, anunciada desde el 2018: 1) gastas menos, o 2) incrementas tus ingresos.  En la segunda te podemos ayudar.

MBA Rafael A. Vilagut, Fundador de inClubes Los Caballitos de Mar y líder de los nuevos inCruise-preneurs.


enviado el 15/11/2019.




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