Si bien, la palabra kosher está directamente asociada con la religión judía, el abanico de consumidores más amplio e incluye a musulmanes y a adventistas. Pero también a vegetarianos, quienes buscan productos kosher parve (neutros, es decir que no tienen derivados de carne ni lácteos) por la seguridad y la rigurosidad de sus controles. A ellos también hay que agregarles a personas con intolerancia a la lactosa o alérgicos a la proteína de la leche.
Para lograr acceder a la certificación, un rabino, en representación de un laboratorio certificado: debe inspeccionar todas las actividades realizadas en la empresa. Sólo una vez superada la inspección, el certificado es entregado por una entidad reconocida mundialmente. Una certificación internacional puede alcanzar valores de varios miles de dólares.
El proceso puede llegar a tardar un año con una sucesión de inspecciones y evaluaciones donde intervienen autoridades religiosas locales y del exterior. Hoy en día, el universo kosher abarca todo tipo de productos: galletitas, vinos, miel, dulces, carnes, aceites, pastas y aderezos, batidos nutricionales y suplementos de la dieta, entre otros.
A nivel de algunos de los 72 países en que nos movemos en este momento, algunos productos Herbalife también son vegetarianos, kosher y halal. El concepto de la halal tiene una gran similitud con el término hebreo cashrut o kosher. Por ejemplo, los productos que fabricamos en Italia están certificados Halal. Si tienes alguna pregunta escríbenos o visita tu Club de Nutrición más cercano.
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